¿Qué es la independencia financiera?

El concepto de independencia financiera suena muy bien. Demasiado bien. Para la mayoría, esto significa ser económicamente independiente, es decir, tener tus propios ingresos y que sean suficientes para que nadie tenga que mantenerte o ayudarte. Pero en la jerga financiera no es así.

Hablamos de independencia financiera cuando las rentas procedentes de nuestras inversiones nos permiten vivir sin necesidad de trabajar. Los recursos que generan son suficientes para vivir sin trabajar, y de forma holgada. Eso es ser independiente financieramente hablando.

Un sueño, ¿verdad? Pues el sueño se puede hacer realidad, aunque es cierto que no es fácil y que no le sucede a todo el mundo; al revés. Son pocas las personas que en el mundo pueden vivir de sus inversiones, pero eso no lo hace imposible.

Cómo ser independiente de forma financiera

Para lograr esta independencia hay varias formas. Te puede tocar la lotería, puedes tener la suerte de tu vida y hacer una operación (o varias) que casualmente son muy exitosas, o trazar un plan. Y como las dos primeras dependen de la suerte, vamos a centrarnos en la tercera.

Y para ello hay que olvidarse de lograrlo trabajando, porque de esta forma sigues invirtiendo tiempo en ello, lo que supone que no eres independiente. Por lo tanto, es importante seguir una serie de pasos que con paciencia y constancia pueden conducir a ello.

En primer lugar es importante ser muy meticuloso y tener en cuenta que este proceso exige sacrificios. Sobre todo porque es imprescindible recortar gastos e invertirlos. Es decir, si reduces gastos y ahorras, puedes invertir esos ahorros, lo que te permitirá llegar a esa independencia.

El problema es la falta de cultura de ahorro que tenemos, pues estamos acostumbrados a gastar prácticamente todo lo que ganamos. Por lo tanto, para llegar a la independencia es básico gastar lo justo para vivir (cubrir las necesidades básicas de forma holgada) e invertir lo que sobra.

Otro aspecto importante es que, cuando empecemos a ver beneficios de las inversiones, los reinvirtamos. Sí, la tentación de gastarlos es fuerte, pero esta es una carrera de fondo y gastando a corto plazo la independencia no se logra.

Los básicos

También hay unos consejos que son básicos para lograr esta independencia y que se resumen fácilmente: diversificar la inversión, informarse y hacer todo con el mayor conocimiento posible y tener paciencia.

No meter los huevos en la misma cesta es la regla número uno de cualquier tipo de inversión; depender de un solo activo puede hacer que perdamos todo, es importante tener inversiones en diferentes sectores.

Por otro lado, siempre es mejor contar con la opinión de un experto (en caso de no serlo) e informarse mucho acerca de los mercados financieros y la actualidad económica. Al final, se trata de nuestros recursos por lo que no hay que dejar nada al azar.

Y por último, y quizá lo más difícil...tener paciencia. Nadie, o casi nadie, se hizo rico en un día con un pelotazo en bolsa. Hay que sembrar para recoger a largo plazo. Si eso se tiene claro, lograr la independencia financiera puede lograrse.

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