Francia contra Amazon, una mala idea

Francia contra Amazon, una mala idea
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Parece ser que Francia tiene en el punto de mira a Amazon. No le gusta la política que tiene de precios, que en cierta forma vulnera la ley de precio fijo del libro de este país. Técnicamente no lo hace, puesto que ofrece el descuento máximo que permite la ley respecto al precio de editor, un 5%, pero no cobra los gastos de envío. Por cierto, en España tenemos una ley muy similar y ya hay protestas por algunas promociones que ha hecho Amazon que supuestamente se saltan la ley.

Según Francia esto es dumping, y lo que pretende es eliminar a los competidores para luego subir los precios cuando están solos en el mercado. Francia se niega y carga contra Amazon, a la vez que pone dinero público sobre la mesa para ayudar a los libreros y a la industria cultural francesa. ¿Es realmente esto así? ¿Sigue Francia una buena estrategia?

¿Protegiendo privilegios o protegiendo la cultura?

Lo primero de este asunto es analizar qué se pretendía originalmente con las leyes que protegían a los libreros (básicamente la ley del precio fijo del libro). Porque a veces perdemos la perspectiva de por qué se hacen las cosas y nos quedamos estancados protegiendo unas leyes que no sirven para el objetivo que fueron diseñadas.

La idea de esto es garantizar a la población el acceso a la cultura. Que puedan existir librerías de barrio, y con catálogos extensos (ya que no hay guerra de precios). Al no haber competencia entre librerías, el usuario se acerca a la que tiene más a mano.

Pero el mundo ha cambiado mucho desde que se crearon dichas leyes. Primero, Amazon tiene un catálogo extensísimo de libros, aparte de permitir a pequeños libreros tener su propia tienda dentro de Amazon. Segundo, Amazon está más a mano que cualquier librería, abierta 24 horas y en tu propia casa (o en tu bolsillo si tienes un smartphone). Y tercero, efectivamente el dumping es ilegal, pero es complicado que Amazon esté haciendo eso si tiene limitado el precio de venta, por mucho que regale los gastos de envío (con el volumen que tienen sus precios deben ser muy bajos).

En definitiva, más que proteger la cultura lo que se está protegiendo aquí son los privilegios de un sector, los libreros, que están desfasados. Y encima meten dinero público para que se modernicen y vendan por Internet, cuando se les han protegido sus márgenes durante años y además bonificado con un IVA más bajo que el resto de productos (además se va a bajar este impuesto para libros en 2014).

Medidas para proteger la cultura

¿De verdad queremos proteger la cultura? Pues hoy en día la mejor forma de protegerla es con precios bajos, para que la distribución sea alta y esta opción de ocio sea atractiva en una sociedad hipersaturada de opciones culturales. Es decir, el precio fijo del libro no tiene sentido.

Además, estaría muy bien definir qué es cultura. ¿El cine en una sala pero no el cine en streaming desde un servicio de Internet? ¿Una serie de televisión? ¿Un ebook? A veces me parece que se protege cultura antigua y se intenta cargar contra los medios modernos de distribución, como puede ser Amazon.

Y entramos en un debate más profundo. ¿Por qué la cultura necesita protección? ¿Está amenazada? ¿O vivimos en la época de la historia con más diversidad de opciones culturales, más facilidad de acceso a la cultura y con más publicaciones de toda la historia? En definitiva, como siempre nos aferramos a las leyes antiguas y no a los fines que pretendemos conseguir. Y esto, que es una crítica a Francia, también aplica a España que tiene unas leyes de la defensa de la cultura muy parecidas.

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