La inversión en la Copa de América, más despilfarro

La inversión en la Copa de América, más despilfarro
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Como muchos sabemos, la última Copa de América se organizó en Valencia, ganando otra vez el equipo Alinghi de su propietario Ernesto Bertarelli.

Este suizo de origen italiano proviene de la familia que era la propietaria de la empresa farmacéutica, Serono, vendida a la farmacéutic alemana, Merck, por $13.300 millones, hace tres años. Es decir, no le falta dinero.

Lo más curioso de esta situación es que la Copa la tienen guardada en el Gstaad Yacht Club, un club marino escondido en este pueblo de ricos en los Alpes suizas, a muchos miles de kilómetros de una costa.

Por eso el equipo Alinghi tiene que mirar fuera para defender su Copa.

Para su selección, se ha estado aprovechando de la fama y la historia que esta competición tiene para convencer a políticos para que inviertan fondos públicos, y muchos, para facilitar este evento privado.

Para traer la competición a Valencia, el gobierno local gastó €90 millones con una inversión adicional de más de €500 millones en la construcción de instalaciones entre los mejores del mundo, como exige la carrera de vela más rica del mundo, aunque no la más dura.

La idea de los políticos, además del prestigio que esta Copa trae a su ciudad (¿y a ellos?), lo justifican por razones de beneficiar al sector de turismo, beneficios que se esperaba durarían durante muchos años. Lo que no está claro es por qué no paga el sector turístico, si ellos son los beneficiados.

Ahora vemos el peligro de utilizar fondos públicos para el fomento de eventos privados.

El equipo Alinghi completó sus carreras con victoria y, ahora que tienen que defender la Copa otra vez, parece que han ido con el mejor postor. Ha encontrado otros políticos que están dispuestos a pagar muchos millones más de fondos públicos para atraer esta final a sus costas.

En estos tiempos de grandes despilfarros, parece que nadie se ha dado cuenta que Valencia ha gastado muchos miles de millones de fondos públicos y, después de un único evento, se ha encontrado sin su Copa de América.

Debemos de dejar de ser impresionados por las luces y los colores cuando los políticos están gastando nuestro dinero. Al final, la deuda la tendremos que pagar nosotros.

Vía | AS

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