Salvados narcotiza a la sociedad sobre el problema de las pensiones

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HOY SE HABLA DE

Ya os decía en el post anterior dedicado al programa sobre los lobbies de Salvados que la emisión que dedicó al problema de las pensiones no me había gustado, y que tenía intención de comentarla. Y como no soy un político, la intención se ha materializado en este post. Creo que merece la pena, ya que la sensación que tengo tras haberlo visto es que en Salvados se niegan a ver el ócaso del sistema público de pensiones. Y esto me resulta sumamente perverso e irresponsable.

Para dejarme lo mínimo posible en el tintero os voy a comentar mis impresiones en paralelo a lo que acontece en programa. Es posible que así el post se haga más largo, o que no haya un adecuado esfuerzo de síntesis, pero creo que es lo más adecuado para la comprensión de las sensaciones, del mal cuerpo con el que me fui a la cama ese domingo por la noche.

Hablan las que han de cobrar. O no.

El programa empieza con la contraposición entre un grupo de jubilados dándole a la petanca y tres mujeres que vienen a representar a la población activa. Se presenta a aquellos como el ideal de futuro de estas, pero rápidamente se cuestiona que puedan llegar a alcanzar ese nivel de vida.

Para ello, se ha realizado una selección adecuada de las intervinientes. Desde aquella que ha cotizado durante muchos años, hasta la que ya en la treintena, apenas ha trabajado y cotizado un año. Ya entonces comienza a verse algo que nos demuestra porque estamos donde estamos, y porque nos dirigimos a donde nos dirigimos. Podemos denominarlo desconocimiento.

La que podríamos calificar como más afortunada, la que ha cotizado un amplio numero de años, dice estar preocupada por las pensiones del futuro, pero más que por las suyas, por las de la gente que como su compañera no ha tenido oportunidades, suerte para poder cotizar. Y la damnificada, dice que tal y como está el panorama, que quién va a llenar la hucha de las pensiones públicas.

Inocentes, no hay hucha de las pensiones públicas. Nadie está llenado nada. Parece mentira que amplias capas de la población desconozcan que el español es un sistema de reparto, que los activos de hoy pagan a los pensionistas de hoy, y que apenas hay un exiguo fondo de reserva del que hemos echado mano mucho antes de lo previsto. Por tanto, aquella que cree se preocupa por su compañera que apenas ha cotizado que lo haga por ella, ya que sus aportaciones no le garantizan nada. Nada. No tiene derecho a nada, más que a lo que el Estado le quiera dar respecto de lo que recaude de los bolsillos de los activos del futuro.

A continuación se saca la posible solución, los planes de pensiones privados. Comentan que es el producto estrella de los bancos (ya será menos y ya volveremos sobre ello). Y se expone la gran objeción. No hay dinero para ahorrar en el plan de pensiones. Una gran cantidad de dinero se lo lleva la hipoteca, cómo voy a aportar al plan.

Una pena que Évole, tan incisivo el, no remonte el río de ese planteamiento. Pensemos en un trabajador por cuenta ajena. Mucho antes de pagar la hipoteca están los ingresos netos. Y antes de ellos los brutos. ¿Sabe el español que cantidad de dinero aporta a la seguridad social, entre lo que le descuentan a él y lo que debe aportar el empresario? Me da que mucho más de lo la media paga de hipoteca. Ya os digo que lo que figura en la declaración de la renta es solo una pequeña parte, hablad con cualquiera que lleve la confección de las nominas y seguros sociales de vuestras empresas y comprobad el chorro de dinero, de vuestro dinero, que se va a pagar a los pensionistas de hoy. Es posible que haya un problema de recursos, pero tambiñen de asignacion de los mismos, de libertad para decidir sobre ellos. De eso ni palabra.

El economista, solidario con el dinero ajeno y amigo de las indirectas

En el siguiente acto se traslada de escenario. Centro de jubilados, partida de cartas, de dominó, tarde tranquila mientras se charla con Diego Valero, profesor de la Universidad de Barcelona. Valero empieza bien, diciendo que nos debemos preocupar sobre la situación de las pensiones, debemos conocer lo que hay para evitar sustos el día de mañana. Pero Jordi no se resiste y lanza la primera piedra, bajo uno de los mantras habituales: a mi padre le dijeron que no iba a cobrar la pensión y la cobra...

Ayyyy, como me da la sensación de que Diego desprende bonhomía dejo escapar una oportunidad para meterle el dedo en el ojo. Bueno, por eso y por la apuesta final que hace que enseguida veremos. Pero yo soy mala persona, y le voy a fastidiar un poco al amigo follonero. Desde los gobiernos de Felipe González, y a la par que se han ido estableciendo e incrementando todo tipo de pensiones no contributivas y subsidios varios, las pensiones contributivas, aquellas que se establecen en función de una cotización previa han sido recortadas, laminadas. La ruptura UGT-PSOE ya arrancó por el recorte de las pensiones del Ministro Boyer.

Por tanto, el padre de Jordi no iba tan desencaminado. Esta cobrando su pensión, pero habría que ver hasta que punto está cobrando la pensión que le prometieron en su día o una versión light de la misma. Es más, de no haber mediado el boom inmobiliario y el fenómeno de la masiva inmigración, que contribuyeron a aplazar (a un precio inasumible) la crisis del sistema, el programa de Jordi carecería de sentido, habiendo llegado demasiado tarde.

Y es que Diego continua bien exponiendo uno de los principales problemas, el alargamiento de la esperanza de vida, los cambios demográficos, que conducen a que cada vez menos personas en activo debamos pagar a más pensionistas. Un 10% del PIB se va en pensiones, más de 7.000 millones de euros mensualmente. Ya veremos al final como algunos niegan que ese sea el problema, pero yo creo que si que es parte del problema (y los que lo niegan también, otra cosa es que defiendan, al igual que yo un cambio de modelo pero en un sistema opuesto).

Ante este problema Valero describe el funcionamiento del sistema de reparto, de solidaridad intergeneracional. Y lo que propone como solución es recortar las pensiones máximas (aprox. 2.500 euros) para que las mínimas sean superiores (500 euros). En definitiva, más solidaridad, este vez intragen ereacional entre los perceptores.

Seamos serios. Os recomiendo la lectura de de este post de Nada es gratis. En definitiva, la apuesta de Diego, y la de nuestra clase política es pasar de un sistema contributivo (bismarkiano) a un sistema asistencial (beveridge), pasar de una apariencia de un supuesto derecho patrimonial a una suerte de caridad pública. Eso si, sin decirlo claramente, sin transmitírselo a la opinión pública, am la gente que lleva un monton de años cotizando. Es una reforma silenciosa, por la puerta de atrás, a base de ir introduciendo pequeños y sucesivos cambios que no mosqueen al cotizante, y que haga que se olvide de donde, que se cueza a fuego lento como una rana en una olla.

Resumiendo, lo que defiende este señor y los amos del sistema, y lo que sin duda ha de venir es que, con independencia de lo que hayamos cotizado todos vendremos a cobrar una cantidad similar, una suerte de pensión de subsistencia, o digna como dice en una suerte de eufemismo. Todo un estimulo para las adhesiones al sistema de la clase media que sostiene este invento, esta apariencia de supuesto Bienestar.

Pero claro, el problema es que los países que han apostado por estos sistemas desde el comienzo también lo han hecho por los planes de pensiones privados. Sin embargo aquí, el mismo partido político que los impulsó ahora reniega de ellos. Y se prefiere no hablar mucho del asunto no vaya a ser que los cotizantes actuales digan que hasta aquí hemos llegado y comiencen a pasarse, con bastante razón al lado oscuro, a la contraeconomía, a dejar de financiar a los pensionistas votantes de hoy para no saber muy bien que va a pasar el día de mañana.

Pero sobre eso Jordi no hace ni una sola acotación. Ni sobre eso ni sobre la maravillosa rentabilidad del sistema público de pensiones. Dado que es un sistema de reparto, hablar de rentabilidades no es muy correcto, pero desde la perspectiva del cotizan/pensionista puede ser útil. Aquellos que critican la rentabilidad de los sistemas privados de pensiones deberían hacer números. Con el sistema público dice Diego que un pensionista viene a recibir el doble de lo que ha aportado. Esa decir, tras veinte, treinta, cuarenta años eso es todo. El que quiera que saque la calculadora y que llore ante lo que no es más que miseria redistribuida. ¿Y se atreven a hablar luego de rentabilidades?, ¿es eso digno?, ¿es digno "equilibrar" todavía a más a los que han contribuido al sistema?

Con la Bolsa hemos topado

A continuación Jordi habla con Elisa Chulía, una Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la UCM, delante de la Bolsa, poniendo cara de qué hacemos hablando del ahorro para mis pensiones en un sitio tan seguro como la Bolsa. Supongo que a Jordi le parecería mejor la deuda pública. Por ejemplo la griega, o la argentina, que históricamente han sido valores seguros, verdad.

Y Jordi insiste con que en un plan de pensiones de Bolsa se puede perder dinero. Y yo me pregunto como llama a los recortes sucesivos en las pensiones públicas, como llama a esa rentabilidad, ejem, de la que nos hablaba Diego Valero. ¿En qué cree Jordi que acaban invirtiendo los bancos sus depósitos? Pues en préstamos, en Bolsa, en deuda pública. Todo ello activos con riesgo. Todo tiene riesgo. No se cuantos lleva cotizando el amigo Jordi, pero que tenga claro que su "plan de pensiones público" financieramente va a dar unas perdidas golosas.

Elisa intenta salir de ahí hablando del timing de la inversión, aunque desbarra un tanto cuando le quita hierro al riesgo de la rentabilidad de la renta fija o de la renta mixta. En todo caso, acerca de la acusación que lanzan los Évoles del mundo sobre los planes de pensiones ya he dicho lo que queria decir con anterioridad.

Otro tanto ocurre con el tratamiento fiscal de los planes que apunta el jubilado-barandillero de bolsa-listillo. No es cierto que lo que no pagues hoy lo pagues mañana. Además del diferimiento fiscal es muy posible obtener un ahorro fiscal neto. Al menos hoy por hoy (ya que nadie está salvo del retroactivismo del que tanto se ríe Jordi, por no hablar de robo descarado).

En todo caso, el verdadero problema es que señala Elisa. Que no ahorramos una hez colocada en el extremo de una estaca. Que hay muchos participes de planes, pero que la aportación media es de 1.000 euros (que alguien le eche un vistazo a lo que comentábamos al arrancar el post sobre la inmensa cantidad de dinero que nosotros y nuestra empresa en nuestro nombre ingresa mes a mes en la Seguridad). Y eso la media, no me quiero imaginar la moda. ¿Qué espera la gente obtener con ello? A Jordi se le hacen mucho los 80.000 millones de euros acumulados en el plan, cuando no llega a una anualidad de lo que gastamos en pensiones. ¿Cómo le puede parecer mucho?

En seguida Jordi lanza la crítica a la Banca por colocar planes, por no informar sobre lo que van a cobrar, etc. Es curioso que al principal sistema de pensiones, al público, no le haga dicha critica. Pero claro, el modelo público no coloca, el modelo público impone. Impone solidaria y coactivamente. No necesita dar explicaciones a nadie de nada.

En todo caso insisto. El problema es de ahorro. Y existen formulas para obtener una prestación definida: planes garantizados, rentas temporales o vitalicias, etc...luego todo lo que comenta Jordi suena a excusas de mal ahorrador, no vaya a ser que pongamos en evidencia a uno de los pilares del Estado actual.

Más inteligente me parece una critica que suele realizarse a los planes, explicando que si el sistema público no puede escapar de una crisis derivada de un ciclo económico/demográfico el privado tampoco lo hará, que están igualmente vinculados. Lo que suelo responder a dichas criticas es que no estoy obligado, o no debiera estarlo, a ahorrar en activos de un país, de una zona geográfica afectada por dicha situación, y que puedo trasladar mi ahorro allí donde creo que las perspectivas son otras. Claro que precisamente dicha afirmación no es muy popular, ya que aquí está mal visto que alguien opte por ahorra fuera de la tribu.

Desde Alemania con humor

Jordi viaja a Alemania para entrevistarse con Antonio Brettschneider, un sociólogo que nos viene a contar que la reforma de las pensiones que se ha llevado a cabo en Alemania es el modelo en el que se van a inspirar las reformas que vienen en España.

Antonio tiene razón cuando señala que no hay modelo de pensiones que resista una tasa de desempleo como la nuestra. Es evidente que la situación actual se deriva de este hecho. Pero es posible que alguno, después de ver la entrevista a Diego, se sorprenda de que descarte de plano el problema demográfico. ¿Por qué? Por algo que no dice, y es que los defensores de la liena ideológica de Antonio propugnan que las pensiones se financien mediante impuestos, no mediante contribuciones de los trabajadores y autónomos.

En eso se traduce esa afirmación de que una sociedad desarrollada siempre va a poder pagar unas pensiones justas y dignas a su gente mayor. Y saca el tema de la productividad. En definitiva lo que se propugna es muy similar a las tesis que defienden Navarro y compañía, y al mantra nº 2, el de la productividad. Sobre lo que podemos esperar de la productividad si obviamos la cuestión demográfica ya han hablado ampliamente en Nada es Gratis, aquí y aquí.

Lo curioso es que tampoco se distingue en esencia tanto de la propuesta de Diego Valera. Unos redistribuyendo gasto, y otros, los Vicentes y Antonios ingrementando ingresos, o intentándolo al menos incrementando las cargas sociales o los impuestos, apuntan hacia una transformación asistencial del modelo, a una ruptura entre cotización y prestación. El rey está desnudo y nuestras pensiones en pelotas.

Es gracioso, tan gracioso como cuando Jordi dice que la sostenibilidad son recortes. Pues claro. Y la palabra solidaridad es sinónimo de expropiación. ¿O no tenemos gafas bifocales?

Jordi se lo pasa pipa con Antonio destrozando los planes de pensiones alemanes. Lo cierto es que no soy un experto en el modelo alemán, pero si conozco algo el español. Y calificar a los planes de pensiones como una estafa legal es un despropósito. Una mentira (de hecho parece contradictorio que sea así y luego quejarse de que las clases más modestas no tengan acceso a los mismos parece un tanto raro).

Lo que plantea Antonio es lo que se conoce como una renta vitalicia. En España no es obligatorio cobrar por renta vitalicia, se pude cobrar en capital o con una renta temporal. Lo más parecido que hay a la estafa legal o renta vitalicia de la que hablamos es la pensión pública. Ahí no es que se quede con el 25% es que se queda con todo. Se queda con todo porque nunca tuviste nada. De hecho tu, cotizante, no tienes derecho a nada. Realmente eres un súbdito.

Por supuesto que los planes de pensiones son un negocio. Si no fuese un negocio estaría preocupado, ¿qué harían las empresas ahí?, ¿es ílicito obtener un beneficio? La pregunta es si es un negocio también para los aportantes, algo de lo que ya hablamos en su momento. Hoy por hoy, no parece que el modelo público sea un buen negocio para los cotizantes actuales, siendo un excelente chollo para el Estado del Bienestar y las élites que lo dirigen, así como para aquellos que viven adheridos al mismo, dándoles soporte a aquellos a cambio de gozar de una amplia cobertura del sistema sin haber contribuido al mismo. ¿Del negocio de esos no hablamos?

Regreso al futuro de los dos no-cotizantes alemanes

El programa cierra con la entrevista a dos jubilados alemanes. La verdad es que no entiendo el casting, o quizás es que la traducción es incorrecta, pero si lo que pretenden es presentármelos como una muestra de lo que nos es espera como fruto de las reformas de las pensiones, pues creo que flaco favor se hacen.

Si lo entiendo bien, estos señores tienen una pensión muy baja debido a que no han cotizado (lo suficiente), a que han sido autónomos. Ella dijo que es que trabajaba demasiado y decidió ponerse como autónoma (faltaban las risas enlatadas de fondo). El, que al ser autónomo le habían aconsejado hacerse planes de pensiones y que la empresa titular de los mismos había quebrado, y se habían visto sin nada. Vamos, dos abocados a los minijobs.

Como es el enésimo ataque a los planes de pensiones privados, me quiero detener en el comentario sobre la quiebra de los planes de pensiones. Si el día de mañana quiebra la gestora de los planes de pensiones de la entidad financiera que sea no pasa nada. Los planes de pensiones, en España son patrimonios separados de las gestoras que los manejan. Son como fondos de inversión. Nuestro patrimonio no depende de la salud financiera del gestor, depende de la salud financiera de los activos...

Otra cosa distinta, y que es posible que sea lo que le ha pasado al caballero, es que los planes de pensiones formen parte de una aseguradora, o sean internos de una empresa, y que la que haya quebrado sea la aseguradora (planes de previsión asegurados) o dicha empresa. En este caso, el titular de esos fondos, de esos activos, es la aseguradora y ahí si que podemos tener un problema, pero en los planes de pensiones tal y como los conocemos en España no, por lo que me parece una sobrada asustar a la gente de esta manera.

Lo que verdaderamente demuestran estos dos es que hay que ahorrar (y en el caso de ella que hay que trabajar), que hay que ahorrar para la jubilación, que no puedes confiar en Papá Estado y que debes vigilar y diversificar tus inversiones.

Valoración final: una oportunidad perdida

La sensación que a uno le queda al final del programa es que existen soluciones desde la esfera de lo público, que hay una suerte de conspiración de los bancos para apoderarse del dinero de las pensiones, y que no hay ningún problema, que no se nos ocurra ahorrar.

Hoy, en pleno 2013, lanzar estas afirmaciones me parece absolutamente irresponsable. En plena resaca de una borrachera de crédito, con unas cuentas públicas inasumibles, sin un modelo de crecimiento, recurrir al circulen, que aquí no pasa nada, o al, esto es una cosa de los ricos que quieren robar a los pobres me parece un flaco favor a los telespectadores crédulos. Me recuerda a los peores tiempos de un Zapatero negando la realidad.

Ahorra, ahorra desde ayer, y no confíes en ellos.

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