Ayer José Blanco confirmó la gestación de un nuevo impuesto ecológico por parte del Ejecutivo, que va a repercutir sobre una subida de precio de los carburantes. Esta nueva ecotasa está aún sin cuantificar pero se suma a todas las modificaciones que está preparando el gobierno en materia fiscal.
El objetivo de este impuesto (no sería tasa como se ha calificado en algunos medios) es disminuir las emisiones de CO2 desincentivando el consumo de gasolina y gasoil y se incluirá con la aprobación de la Ley de Economía Sostenible. Si, es probable que tenga una componente parafiscal ecológica, pero me parece más razonable que sea para cubrir el déficit que tienen las cuentas públicas en la actualidad y conseguir cuadrar las cuentas de los 15.000 millones.
El mecanismo del impuesto consistirá en aplicar un recargo por litro consumido de carburante, sin cuantificar aún pero con un impacto importante. Se tienen que recaudar de 1.000 a 4.000 millones de euros y podemos estar hablando de incrementar el precio del litro de gasoil en una horquilla que oscilará entre 3 y 10 céntimos por litro.
Dentro de las medidas fiscales, esta otra medida más que va a mermar la economía familiar a todos los niveles si tiene un coste muy elevado y que puede provocar un encarecimiento importante del coste de la gasolina y gasoil. No olvidemos el ultimo ajuste fiscal que se produjo en junio que supuso un incremento medio de 5 centimos por litro cuando en la subida de impuestos solo corresponde 3 céntimos.
Aun así, el ejecutivo se puede encontrar con un problema importante. Este tipo de impuestos que están gravados a IVA no están admitidos por las directivas comunitarias, salvo los casos existentes de impuestos especiales, cuestión que abordaremos una vez que se clarifique exactamente la tasa/impuesto que se está barajando. Con lo cual, si queremos una tasa ecológica, no se va a poder ligar al consumo sino a la propiedad y articularlo como impuesto directo.
Aún así, sea como sea la fórmula impositiva finalmente escogida, no me vale que nos basemos esta medida fiscal en unos criterios ecológicos de cara a la galería y al electorado, cuando el único fin es recaudar más impuestos y cubrir el agujero de las cuentas públicas. Apelar a la nueva ley de economía sostenible y desincentivar el uso de vehículos propios en favor del transporte colectivo o público, requiere unas buenas infraestructuras en transporte público, puntos que dejan mucho que desear a muchos niveles o áreas que carecen completamente de ellas.
Hay que ser claros y concisos a la hora de comunicar las necesidades impositivas del estado. Por ahí se comienza ofreciendo la confianza necesaria para que todos los ciudadanos asuman que se tienen que apretar el cinturón, no apelando a medidas ecológicas o de cambio de modelo productivo.
Vía | Europa Press
En El Blog Salmón | Impuestos sobre gasolina tendrán que subir aún más
Imagen | Chesi