Las finanzas del Reino Unido en alerta roja

Las finanzas del Reino Unido en alerta roja
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En un post anterior lo habíamos advertido: las trampas presupuestarias pueden hacer pasar más de un mal rato a los gobiernos que han salido al rescate de la actividad económica para impedir el colapso total del sistema. La trampa consiste en que aumenta el gasto de los gobiernos para paliar las dificultades de la crisis, pero el ingreso fiscal, lejos de mantenerse, disminuye. Y disminuye mucho más que todo lo previsto. Los casos del Reino Unido y Estados Unidos son emblemáticos en este aspecto. Pero mientras Estados Unidos es dueño de la divisa mundial y aún goza de los privilegios de ser el último imperio sobre la tierra, el Reino Unido perdió esa condición hace más de un siglo por lo que conseguir recursos frescos le resulta más complicado que a Estados Unidos.

Las finanzas públicas del Reino Unido atraviesan una situación alarmante. La contracción en un 5,6% de la actividad económica, el alto desempleo y la fuerte caída en la demanda, han menguado en forma muy significativa los ingresos fiscales. Esto lo ha forzado a pedir préstamos por primera vez en 13 años. El déficit anual llega a 200.000 millones de euros mientras la deuda pública asciende a 800.000 millones de euros, equivalente a 13.000 libras esterlinas por cada hombre, mujer y niño del país. Este monto equivale al 57% del PIB y es el nivel más alto de los últimos 30 años. Las presiones que vive Alistair Darling, el ministro de Hacienda del Reino Unido, son apremiantes. Por un lado tiene a los grandes grupos empresariales que le exigen la extensión de los incentivos fiscales (los incentivos iniciales no fueron suficientes), y por otro tiene a los políticos, que le exigen la disciplina fiscal y la credibilidad frente a los mercados financieros.

La caída en los ingresos fiscales ha sido mayor a todo lo previsto: los ingresos por impuesto al valor agregado se redujeron un 33% en julio con respecto a julio del año pasado, el impuesto a las sociedades en un 38% y el impuesto a la renta en 10%. Como contrapartida, el gasto público en julio fue un 7,5% mayor que el año pasado, abriendo la brecha a un déficit de 8.000 millones de libras versus el superávit de 5.200 millones de libras del año anterior.

Frente a estos datos que no tienen nada de envidiables y que exigen una gran fortaleza sicológica a los encargados, las alternativas son mezquinas. Por un lado se impone un fuerte aumento de los impuestos, y un recorte violento de los gastos del gobierno para los próximos años. Ambas alternativas son totalmente impopulares, y aunque terminarán imponiéndose por su necesidad inminente, pueden costar el cargo a Gordon Brown que se postula a su reelección el 2010.

Más información | The Guardian, Bloomberg Imagen | aurélien

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