Un drástico recorte presupuestario fue la solución que el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, encontró para resolver la mayor crisis financiera de la octava economía del planeta. El déficit por 26.300 millones de dólares será paliado con fuertes recortes a los programas sociales que afectarán a áreas tan sensibles como la Educación y la Salud. Con estas medidas, los más perjudicados serán aquellos de menores ingresos. Así se pretende evitar, al menos por ahora, la quiebra del mayor Estado de Estados Unidos.
California, el Estado más rico y más poblado de Estados Unidos, se encuentra sumido desde el año pasado en una aguda crisis fiscal que se ha agravado a medida que la crisis financiera sigue avanzando. La fuerte caída en el valor de las viviendas ha ralentizado toda la maquinaria productiva haciendo un enorme socavón al empleo. La cifra de desempleados se ubica cerca del 12% oficial, aunque se estima que está por sobre el 17%.
El plan de reducciones comprende recortes por 9.000 millones de dólares que perderán los colegios y universidades públicas; 1.200 millones de dólares que se recortarán del presupuesto de las cárceles, 4.000 millones de dólares se recortarán del presupuesto de las ciudades y condados. A los funcionarios públicos se les recortará su salario en un 14%. Así es como se paga la crisis. Mientras los banqueros, causantes de la crisis se reparten miles de millones de dólares en “utilidades”, las gran mayoría debe cubrir las pérdidas con hambre y desempleo y sin nociones mínimas de seguridad o asistencia sanitaria.
Pero eso no es todo. Para cuadrar las cuentas, el plan contempla incluso una leve triquiñuela técnica: el pago de los sueldos será retrasado un día hasta el 1 de julio de 2010, (el año fiscal en EEUU comienza el 1 de julio y termina el 30 de junio), de esta forma, el último sueldo quedará contabilizado el año fiscal 2011. Como vemos, la bicicleta financiera sigue rodando.
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