El cortoplacismo que hunde España

El cortoplacismo que hunde España
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Las medidas que se pueden adoptar para salir e una situación de crisis como la que sufrimos, se pueden agrupar en tres tipos principales, medidas urgentes, medidas a corto plazo y medidas a medio-largo plazo.

Las medidas urgentes son meros parches, sólo son útiles para salvar una situación puntual, las medidas a corto plazo parecidas a las urgentes, ya que, muy a menudo no suponen más que pan para hoy y hambre para mañana, y luego están las medidas a medio-largo plazo (más de una legislatura) que en política sólo se utilizan si sirven para que el marrón se lo coma el siguiente.

Las medidas urgentes

Se puede entender que cuando son medidas de respuesta ante una situación de repentina emergencia, no se hagan pensando en las consecuencias futuras, sino en atajar un problema grave inmediatamente.

Lo que es intolerable es que se busquen medidas urgentes, improvisadas, para tratar de solucionar rápidamente un problema conocido y persistente, es como tratar de taponar la aorta con una tirita para cortar una hemorragia, sin pensar en las consecuencias ya no a largo plazo, sino ni tan siquiera a continuación de aplicar las medidas.

Esto es de aplicación tanto para las medidas que se adoptan en las empresas como en las medidas que se adoptan por los gobiernos.

Si tienes una empresa en dificultades económicas, falta de financiación en un momento puntual, la solución puede ser un crédito, pero cuando se recurre a un crédito para pagar otro crédito, y la solución urgente se adopta como norma, no parece que se esté actuando de la manera más sensata.

Las medidas a corto plazo

Son medidas que, como las urgentes, buscan una solución relativamente rápida a un problema, si no se tienen en cuenta las consecuencias futuras, las medidas a corto plazo pueden llevar al desastre.

Las medidas a corto plazo, sobre todo cuando lo que se busca es la rápida rentabilización, son las que son más perjudiciales para el sistema, suelen desembocar en pan para hoy y hambre para mañana.

¿Para qué comprar una máquina que permita que tres trabajadores hagan el trabajo de cuatro, si con despedir a uno y amedrentar a los otros tres con la amenaza del despido, consigo que hagan el trabajo de cuatro, aunque sea en horas extras (no remuneradas)?

Desde el punto de vista del beneficio a corto plazo la lógica es aplastante, pero cuando esos tres trabajadores se cansan y no son capaces de hacer el trabajo que antes hacían los cuatro, ¿que hago?

Despido a otro más y a los dos que quedan los obligo a hacer el trabajo de tres sino quieren ser despedidos. Cuando sólo quede un trabajador, lo despediré por baja productividad y cerraré la empresa, pero eso, ya no es mi problema, ya he exprimido mi beneficio con todo lo que me he ido ahorrando.

Las medidas a medio-largo plazo

Las medidas a medio largo plazo son las que se hacen pensando en beneficios futuros, ahí es donde entran las inversiones, la investigación y el desarrollo, que tienen poco o muy poco sitio cuando se trabaja a corto plazo en busca del beneficio rápido y que dure lo que dure.

La cultura del pelotazo, el hacerse rico rápido, la urgencia, es lo que nos ha traído a donde estamos, y no parece sensato pensar que sea eso lo que nos va sacar.

En El Blog Salmón | La locura sistémica del corto plazo
Imagen | Fran Carreira

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