La fotografía del sector financiero español comienza a sincerarse y a mostrar toda la basura tóxica que oculta en sus balances. Como señala el diario El País, el agujero inmobiliario español supera los 100.000 millones de euros y representa el 20% de los préstamos hipotecarios.
Gran parte de estos préstamos se hicieron por más del 100% del valor de la vivienda, dado que añadieron otros productos para atraer la atención del interesado: un automovil, un viaje, etc. Se pensaba que los precios de la vivienda se mantendrían siempre al alza como lo habían hecho en los últimos 50 años. Esta idea operaba como un seguro intrínseco para la banca, dado que si algo fallaba y el deudor dejaba de pagar, el banco, o la caja, se quedaba con la propiedad. Sin embargo, los precios de la vivienda no sólo dejaron de subir sino que se desplomaron. Y ésto nadie lo tenía contemplado.
Como dimos cuenta en el post sobre la burbuja inmobiliaria de los países europeos, Francia, España, Italia y el Reino Unido clonaron la idea de la expansión inmobiliaria iniciada en Estados Unidos, pensando, seguramente, que era un muy buen ejemplo y un gran negocio. Fue esa concesión imprudente e irresponsable de créditos hipotecarios la que tiene hoy a la economìa en el pantano y a los precios de la vivienda por el suelo. Para este año se espera un deterioro en el precio de la vivienda cercano al 15 por ciento, lo que indicaría un descenso superior al 45 por ciento de su valor el año 2007.
Mientras el precio de la vivienda desciende, los costos de su financiamiento se siguen elevando y bastaría un leve repunte en las tasas de interés del Banco Central Europeo para hacer colapsar todo el sistema y elevar la potencialidad de los impagos por sobre los 120.000 y 140.000 millones de euros. Los datos facilitados por las entidades financieras (incluidas todas las cajas y los seis principales bancos) muestran que tienen inmuebles en su posesión por un importe bruto de 61.576 millones de euros, con una cobertura por su posible depreciación de unos 18.400 millones (el 30%). A esa cifra se suman créditos destinados a la construcción y promoción inmobiliaria por importe de 239.000 millones de euros. Esto indica que hay más de 300.000 millones de euros en juego.
Más información | El País
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