Según informa hoy el diario El País, el Gobierno podría estar negociando con la Comisión Europea una flexibilización de sus objetivos de déficit para los próximos años. El Ejecutivo pretende que se sitúe en el 6 % para 2013, frente al 4,5 % que estaba fijado anteriormente, y que dado el último mazazo de Eurostat, responde más a una utopía que a la realidad.
De Guindos y Rajoy han de jugar bien sus bazas, y estas deben basarse en los duros ajustes que el Gobierno ha realizado durante el pasado año, pese a los cuales el déficit de 2012 ha cerrado en el 6,98 %, ligeramente por encima del 6,3 % exigido por Bruselas tras un par de revisiones. Parece ser que la intención del Gobierno pase porque los objetivos de déficit sean del 6 % para este año, del 4,5 % para 2014 y del 3 % en 2015. En cifras absolutas, para lograr el objetivo del 6 % de déficit, el Gobierno tendría que realizar ajustes durante este año por valor de 10.000 millones de euros. Sin embargo, Bruselas se inclina por apretarnos un poco más el cinturón y dejar el objetivo de déficit en el 5,5 % para 2013, lo que supondría unos 5.000 millones más en ajustes.
Soy de la opinión de que en estos casos, las cosas de palacio han de ir despacio. En este sentido, tratar de reducir el desequilibrio de las cuentas públicas con prisas sólo conseguiría asfixiar aún más a la población, con todo lo que ello implica. No debemos olvidar que la economía española atraviesa una recesión aún peor de lo prevista, el paro no deja de batir récords y el consumo interno está hundido.
Bruselas debe flexibilizar su postura si no quiere hundir aún más su imagen. Como decimos, la población española se encuentra asfixiada por la decadente situación actual y no debemos tensar la cuerda mucho más, a no ser que queramos que esta se rompa. Los próximos años serán extraordinariamente duros para millones de españoles, no compliquemos aún más esta situación sin necesidad.
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