Planes Individuales de Ahorro Sistemático, ventajas y problemas de este tipo de seguros

Planes Individuales de Ahorro Sistemático, ventajas y problemas de este tipo de seguros
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Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) surgieron en el año 2007 como un producto sobre seguros individuales de ahorro. Su objetivo es acumular durante un cierto tiempo una cantidad de capital suficiente para, al vencimiento, normalmente, la jubilación, tener una renta vitalicia con la que se pueda completar los ingresos.

Después de una década, a finales del 2017, gestionan más de 12.000 millones de euros, con un incremento respecto del 2016 de un 19,23 por ciento, y cuenta co 1,64 millones de asegurados, un 9 por ciento menos que en 2016 según datos de ICEA y UNESPA.

Nos podemos preguntar: ¿Qué ventajas e inconvenientes tienen las PIAS respecto otros productos financieros?

Los PIAS producto financiero a medio o largo plazo

Los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) son una de las alternativas con las que tienen a su disposición los ahorradores a medio o largo plazo para conseguir un complemento de ingresos.

En principio, este tipo de productos compiten con los planes de pensiones, los planes de previsión de asegurados (PPAS), el seguro individual de ahorro a largo plazo (SIALP).... pero compiten con cualquier tipo de producto financiero.

Como todo producto financiero, los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) tienen sus propias características, y como todo producto financiero tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Aportaciones flexibles y seguro adicional

En los PIAS se solicita una prima única inicial, cuyo importe puede variar de 60 a 3.000 euros, según la empresa y el tipo de producto, pero se después de la primera aportación se permite realizar aportaciones posteriores que pueden ser mensuales, trimestrales, semestrales... según quien realice a las aportaciones de ahorro.

Estas aportaciones tienen una limitación de 8.000 euros al año y hasta un máximo de primas pagadas a lo largo del producto hasta llegar a los 240.000 euros.

Los PIAS, como es producto que se considera seguros, ofrecen un capital adicional asegurado en caso de fallecimiento de quién realiza las aportaciones. Los ahorradores del seguro, además de poder recuperar el valor en el momento de las primas abonadas, también se cobrará una cantidad adicional que suele estar entre los 600 y 1.200 euros.

PIAS son productos líquidos

Es cierto que casi todos los PIAS permiten el rescate total o parcial de las primas que se han pagado pero también lo que es una gran parte de este tipo de productos imponen periodos mínimos de permanencia, que pueden ser uno, dos o varios años y, sobre todo, que todos estos productos aplican penalizaciones que pueden llegar en los primeros años de alta del PIAS.

Los PIAS garantizados y libres de elección de inversión, se pueden registrar pérdidas. En los PIAS garantizados, el 100 por ciento del capital más la rentabilidad se garantiza, que suele ser así si se mantiene durante 5, 8, 10 ó 15 años y cuando se paguen de forma puntual las primas.

Siempre se debe tener en cuenta que se van a deducir los gastos de gestión y la prima de cobertura de fallecimiento.

Los PIAS sirven para diversificar el ahorro

Hace algunos años atrás, sólo se comercializaban los PIAS garantizados dirigidos a los ahorradores más conservadores. Actualmente, estos ahorradores siguen existiendo, sus tipos de interés garantizados se sitúan entre el 1 o 2,3 por ciento, revisables trimestral o semestralmente, y ofrecen premios de fidelidad del 3 o 5 por ciento a partir de los 10 años de existencia del producto.

Últimamente, los PIAS no garantizados se han puesto de moda, que son aquellos productos que vinculan su rentabilidad a la marcha de una cesta de fondos de inversión. Las empresas ofrecen elegir (conservador, moderado, dinámico, prudente, decidido, global...) y en función del riesgo que se asuma pueden eligir un tipo de PIAS.

Las empresas comercializadoras suelen advertir en sus folletos que los PIAS no garantizados solo están dirigidos a clientes que quieran asumir el riesgo de una posible pérdida en la inversión, dado que el capital va a depender del valor de la fluctuación de las aportaciones y, por tanto, va a estar expuesto al mercado financiero.

Las rentabilidades pasadas, las que se muestran para vender los PIAS asociados a fondos, no son garantía que se tengan rendimientos futuros.

Las Comisiones que se pagan en los PIAS

Los PIAS suelen tener unos gastos de entrada, gastos de salida, gastos de riesgos, gastos vinculados a la gestión, gastos de intermediación...

Todos estas comisiones hacen difícil, sobre todo, en los que son PIAS de inversión libre pero también en los PIAS garantizados, la comparación entre unos y otros, pues no hay un tipo de interés de referencia.

Los PIAS sólo tiene fiscalidad especial con la renta vitalicia

Las aportaciones de los PIAS o el pago de las primas que se realizan no disminuyen las rentas del ahorrador dentro del IRPF, una ventaja fiscal de la que si tienen los planes de pensiones o los PPAS.

Si se realiza un rescate total o parcial del PIAS antes de que haya pasado los 5 años desde la primera aportación, se pagarán impuestos por los intereses percibidos. En la actualidad, hasta 6.000 euros es el 19 por ciento, entre 6.000 a 50.000 euros, pasa al 21 por ciento, y a partir de los 50.000 euros llega al 23 por ciento.

Si han pasado más de 5 años desde la primera aportación, se rescata el PIAS y con las aportaciones se constituye una renta vitalicia aparecen las ventajas fiscales, si no se constituye la renta vitalicia se tributará como un rescate menos de 5 años.

En función de la edad del ahorrador se van a cobrar más o menos descuentos sobre el importe de los intereses sobre los que hay que tributar. Si el ahorrador tiene entre 50 y 59 años, se incluirá en su IRPF el 28 por ciento de sus intereses, si está entre 60 y 65 años, será el 24 por ciento, y a la persona de más de 70 años la tributación será del 8 por ciento de los intereses.

Actualmente, Hacienda no es tan generosa con cualquier otro producto financiero para los ahorradores de más de 65 años, lo que hace más atractivo este tipo de producto. Al constituir una renta vitalicia tienen una deducción de hasta el 92 por ciento de los beneficios obtenidos.

En El Blog Salmón | Rentas vitalicias: pros y contras para sus titulares

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