Argentina coquetea con el default

Argentina coquetea con el default
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Argentina se enfrenta a una grave crisis económica. Su moneda, el peso argentino, ha perdido dos tercios de su valor desde 2018, la inflación está rondando el 30%, y desde 2015 la economía se ha contraído alrededor del 4%, mientras que su deuda externa ha aumentado en un 60%.

Si nos ponemos en antecedentes, en junio de 2018, el gobierno argentino de Macri recurrió al Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de apoyo y actualmente cuenta con un programa del FMI de 57.000 millones de dólares, el mayor programa (en términos de dólares) de la historia del FMI.

A pesar de estos recursos, el gobierno a finales de agosto, a principios de septiembre y más tarde en diciembre de 2019 pospuso los pagos de algunas de sus deudas e impuso controles de divisas pero las dificultades pueden ir a más. Es por ello, hoy Argentina coquetea con el default.

Paso a paso hacia el default

Una de las medidas más utilizadas para hacer un seguimiento sobre la posibilidad de que un país caiga en la suspensión de pagos frente a sus obligaciones crediticias, es examinar detenidamente la evolución de los seguros de impago, credit default swaps a cinco años. A más riesgo percibido más caro es el seguro. Hoy estos CDS, reflejan que la posibilidad implícita del incumplimiento de la deuda se encuentra en el 70% para Argentina.

El pasado 19 de diciembre su Gobierno emitió un decreto ejecutivo para retrasar los pagos de los instrumentos de deuda denominados en dólares (Letes) a corto plazo que vencen en los próximos meses hasta el 31 de agosto de 2020. Por ello, las agencias de rating lo llevaron a una calificación crediticia de "default selectivo".

Este movimiento no es nuevo. Si nos remontamos al 28 de agosto, las autoridades extendieron unilateralmente los pagos de los instrumentos de deuda a corto plazo (tanto en moneda extranjera como local) en cuotas durante los seis meses posteriores a sus fechas de vencimiento originales.

Más tarde la calificación mejoró ligeramente a "CC" que significa básicamente que existe una alta probabilidad de que veamos otro incumplimiento en algún tipo de las obligaciones soberanas de Argentina que nos podría llevar a simplemente un retraso en los pagos o bien el default de su deuda.

Es más, el nuevo Ejecutivo de Argentina, encabezado por el presidente Alberto Fernández ya anunciado su intención de tratar de restructurar sus deudas a largo plazo a principios del año.

Alberto Fernandez Presidente Argentina

Debido a la fuerte devaluación del peso argentino que analizaremos más adelante, es difícil hacer frente a la deuda en dólares y de ahí que se planteen medidas de endurecimiento del capital, como en controles para preservar las reservas de divisas dentro de la autoridad monetaria, emitiendo deuda a corto plazo en pesos locales y recurriendo a financiación del Banco Central para amortiguar el impacto.

Y cómo no, más impuestos... Se ha asegurado la aprobación del Congreso de un paquete de medidas de emergencia, que incluyen grandes aumentos de impuestos y cambios en la fórmula de beneficios de la prestación de pensiones, lo que podría evitar un aumento en las necesidades de obtención de liquide.

Todo está batería de medidas anunciadas puede ayudar a hacer frente a los vencimientos de deuda a menor plazo, pero se volverá a entrar en problemas de cara a los meses de marzo, abril y mayo debido a que se verá un aumento del servicio de la deuda alrededor de 25.000 millones de dólares y hasta 64.000 millones para el conjunto del año.

Para que Argentina pudiera hacer frente a sus deudas se necesitaría que sus cuentas públicas estuvieran equilibradas, con un superávit primario (sin contar intereses) alrededor del 4% del PIB. A pesar, de las mejoras paulatinas en los últimos años a base de ajustes solo existe un ligero superávit insuficiente para la situación del país.

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La gestión en la etapa Macri: crisis cambiaria e inflación récord en tres décadas

Como líder del partido de centro-derecha Propuesta Republicana y de la coalición Cambiemos, Macri ganó por poco las elecciones presidenciales de 2015. Derrotó al candidato de la facción de izquierda (Frente part la Victoria, FPV) cuyo gobierno se caracterizó por sus políticas económicas con acento proteccionista y poco ortodoxas y por una creciente corrupción.

Macri

El presidente Macri introdujo rápidamente cambios en la política económica, levantando los controles monetarios, reduciendo o eliminando los impuestos a las exportaciones agrícolas y reduciendo los subsidios al agua, la electricidad y el gas de calefacción. También el gobierno llegó a un acuerdo con los acreedores privados en 2016 que puso fin al incumplimiento de pago del país durante 15 años.

Con todas estas medidas, mejoró la calificación crediticia y fue capaz de reanudar los préstamos en los mercados internacionales de capital. Si bien todas estas medidas de ajuste contribuyeron a la contracción económica de casi el 2,1% en 2016, la economía creció un 2,7% en 2017.

A partir de aquí se complica la historia. Ya en 2018, una grave sequía afectó a las exportaciones agrícolas y redujo la producción de soja, la principal exportación del país, clasificándose entre los peores desastres naturales del mundo (menos exportaciones significa menor entrada de dólares).

A ello se une que la Fed subió tipos de interés del 0,25% al ​​1,75% y luego al 2% que provocó que los inversores regresaran a los Estados Unidos, dejando emergentes, llevando a los inversores a repudian el peso argentino en favor del dólar y una crisis cambiaria. Por la complicada situación descrita se vieron grandes déficits presupuestarios que conjuntamente provocaron una contracción económica del 2,5%.

Peso

Con estos resultados se incrementaba la presión sobre el peso. Por esta devaluación, el gobierno recurrió al FMI, que aprobó un acuerdo para proporcionar 57.000 millones de dólares en apoyo hasta 2021, con 44.100 millones de dólares disponibles hasta la fecha, lo que contribuyó a elevar la deuda externa. Con esos dólares solicitados se podía atender a los vencimientos de deuda.

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En la etapa final, sin lugar a duda declive económico de Argentina fue el principal factor de la derrota electoral de Macri. Su pobre desempeño en las primarias combinadas de agosto de 2019 desencadenó el hundimiento definitivo del peso, arrasando con cerca de un cuarto de su valor.

Macri se pasó al proteccionismo y anunció posteriormente medidas de emergencia para proporcionar alivio a aquellos que sufrían de la aguda devaluación, e impuso controles de moneda en un intento de estabilizar los mercados. Las estadísticas del gobierno argentino muestran que durante la primera mitad de 2019, la pobreza aumentó hasta el 35,4%, un 8,1% más que en la primera mitad de 2018. Según el FMI, se estima que la economía se contrajo un 3,1% en 2019.

La fuerte devaluación experimentada nos ha llevado a que Argentina tiene una de las tasas de inflación más altas del mundo, superada solo por Venezuela y Zimbabwe, que están en crisis. De hecho, registró su mayor aumento de precios el año pasado desde 1991, los precios al consumidor aumentaron un 53,8% en 2019, el último año de gobierno de Mauricio Macri.

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Es tal el disparate de su economía que, en la práctica, los argentinos utilizan el peso para las transacciones más básicas pero recurren a los dólares estadounidenses para fomentar su ahorro y establecer los precios de bienes inmuebles. Las estimaciones proyectan que los argentinos tienen entre 70.000 y 150.000 millones de dólares escondidos debajo de colchones o en cajas de seguridad y 500.000 millones en activos en el extranjero.

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