
En los últimos meses, diversas publicaciones en redes sociales parecen haber querido sentar cátedra. Afirmando que en España se están arrancando olivos de forma masiva para instalar plantas solares.
Algunos mensajes, de hecho, aseguran que se han destruido cientos de miles de árboles, incluso apuntan a supuestas expropiaciones promovidas por la administración.
Sin embargo, los datos oficiales y el análisis de expertos desmontan esta narrativa. España no solo no está eliminando olivos de forma sistemática, sino que en la última década ha aumentado notablemente su número.
Aunque sí existen casos concretos en los que la instalación de proyectos de energías renovables ha implicado la retirada de parte del olivar, las cifras reales están muy lejos del alarmismo que circula en redes.
Según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la superficie de olivar en España ha mantenido un incremento constante. En 2024, ésta era de 2.827.147 hectáreas, lo que representa un aumento del 1,4% solo en ese año.
En un periodo más amplio, entre 2012 y 2017, la superficie de olivar en España ya había aumentado un 2,6%. Sin embargo, otros análisis como el de Plataforma Tierra, indican que, en los últimos 10 años, la superficie total de olivar ha aumentado en un 10,6%.
Jaén como ejemplo de la polémica
La polémica más citada gira en torno a siete plantas fotovoltaicas que la empresa Greenalia promueve en los municipios de Lopera, Arjona y Marmolejo, en la provincia de Jaén. Las instalaciones ocupan una superficie total de 554 hectáreas y han generado oposición por parte de colectivos locales, como la Plataforma Campiña Norte contra las megaplantas solares, que afirma que estos proyectos implicarán la tala de hasta 100.000 olivos.
Esa cifra, sin embargo, no está respaldada por datos oficiales. Greenalia ha respondido públicamente que, tras realizar un recuento con ortofotografías y documentación técnica, el número de olivos que se verán afectados asciende a 35.932, incluyendo los necesarios para las líneas de evacuación subterráneas.
Además, según la empresa, se han alcanzado acuerdos con más del 85% de los propietarios implicados y se han reducido notablemente las hectáreas respecto al diseño inicial de los proyectos.
Expropiación, pero con justiprecio
Uno de los elementos más sensibles en este tipo de proyectos es la utilización de la figura de la expropiación forzosa, algo que puede generar rechazo social. La Ley del Sector Eléctrico permite declarar de utilidad pública las instalaciones con una potencia superior a 3 megavatios, lo que habilita a tramitar expropiaciones con compensación económica.
A este pago se le denomina “justiprecio” y puede fijarse por mutuo acuerdo, por hojas de aprecio presentadas por los afectados o mediante resolución de un jurado técnico independiente.
Esto significa que los propietarios de los terrenos no pierden su tierra sin más, sino que reciben una indemnización que incluye el valor de la superficie, los cultivos y el rendimiento asociado. En algunos casos, los acuerdos permiten incluso la recuperación del uso del terreno una vez instaladas las líneas eléctricas, si estas van enterradas, como ocurre en varios de los proyectos citados.
Más olivos, no menos. Los datos lo confirman
Frente a los mensajes catastrofistas, los datos del Ministerio de Agricultura y del propio sector olivarero apuntan en una dirección muy distinta. España cuenta actualmente con más de 300 millones de olivos, una cifra superior a la que tenía hace una década.
De hecho, el olivar no ha parado de crecer, especialmente en su modalidad intensiva y superintensiva, adaptada a nuevos modelos de cultivo y más competitiva en los mercados internacionales.
Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura son las comunidades donde más se ha expandido la superficie dedicada al olivo, aunque también ha aumentado en otras zonas como Aragón, Valencia y Cataluña. No hay indicios de una disminución masiva de este cultivo, sino todo lo contrario.
¿Y si se eliminan árboles para proyectos solares?
Lo cierto es que algunos proyectos de plantas fotovoltaicas sí requieren la retirada de olivos. Pero incluso sumando todas las estimaciones más altas, el número de árboles afectados representa una porción mínima del total.
El Ministerio para la Transición Ecológica ha indicado que los parques solares actuales ocupan alrededor de 50.000 hectáreas, lo que equivale al 0,2% de la superficie agraria útil de España. En Andalucía, donde se concentra gran parte del olivar nacional, los proyectos solares proyectados apenas suponen el 0,6% de la superficie cultivable.
Es importante entender que se trata de una convivencia entre agricultura y transición energética, no de un reemplazo masivo de cultivos por paneles solares. El desarrollo de energías renovables no está sustituyendo de forma generalizada a los cultivos, sino que, en muchos casos, se implanta en terrenos de baja productividad agrícola o en fincas donde los propietarios han alcanzado acuerdos voluntarios.
Por qué se exageran estos datos en redes sociales
La viralización de cifras como “100.000 olivos han sido arrancados” responde, en muchos casos, a mensajes descontextualizados o directamente erróneos. Diversos expertos, han desmentido estas informaciones en redes, recordando que España no está sacrificando su olivar para producir energía solar, y que los procesos de expropiación o tala de árboles están sometidos a estricta regulación y revisión pública.
La instalación de renovables debe hacerse con respeto al territorio, por supuesto. Pero también sin caer en la desinformación.