El premio Nobel y ex economista jefe del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, describió el euro como un problema fundamental de Europa. De acuerdo a esta reseña de Economic Times, Stiglitz señaló que "el euro ha sido un error, y los líderes europeos aún no saben qué hacer con ese error". El autor de libros como El malestar de la globalización y Cómo hacer que la globalización funcione, participó en la conferencia "La crisis financiera global y su impacto en las economías de los países en desarrollo", organizada por la UNESCAP (Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico de las Naciones Unidas), y desarrollada en Nueva Dehli junto a José Antonio Ocampo, Nagesh Kumar, y Kevin Gallagher, entre otros. Según Stiglitz, Europa y Estados Unidos estaban en el corazón del problema tras el colapso de Lehman Brothers hace cinco años, y aunque en la actualidad muchos celebran que Europa volverá a la senda del crecimiento durante este año, hay que decir que será un crecimiento muy pequeño. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del PIB del uno por ciento, "pero el FMI se equivoca en todos sus pronósticos", asegura Stiglitz, por lo que se piensa que será menor. Para Stiglitz, como indica en su artículo en Project Syndicate,
Con los líderes europeos comprometidos con la austeridad y moviéndose a ritmo glacial para ocuparse de los problemas estructurales originados por los errores de diseño institucional de la zona del euro, no sorprende que las perspectivas sean tan lóbregas para el continente.Para Stiglitz, el problema fundamental es que el euro ha sido un error:
"En Europa, el problema fundamental es que el euro ha sido un error. Y los líderes de Europa aún no han descubierto qué hacer con este error. Lo que se necesita es una reestructuración de la zona del euro y eso es muy difícil".
La moneda única en crisis
Hace cuatro años, Stiglitz señaló que con los planes de austeridad, recortes y despidos, Europa iba en la dirección equivocada. Se pensó que el mercado sería capaz de autorregularse y no se crearon mecanismos para amortiguar las crisis. Esto fue lo que dijo Stiglitz hace cuatro años:Al adoptar la moneda única, los países miembros de la zona euro cedieron dos instrumentos de política que son fundamentales: el tipo de cambio y las tasas de interés. Por tanto no tienen cómo adaptarse a situaciones de crisis. Sobre todo porque Bruselas no ha ido lo suficientemente lejos en la regulación de los mercados. Y la Unión Europea no hizo planes en este sentido. Ahora, en cambio, quiere un plan coordinado de austeridad. Si este plan continúa, Europa va directo al desastre. Sabemos, a partir de la Gran Depresión de 1930, que esto es lo que no debe hacerse.Y eso fue justamente lo que hizo la troika. Por eso que la reestructuración de la zona euro requiere de una gran voluntad política que desplace el eje hegemómico de la banca hacia un interés por la economía real y el empleo. Las medidas de la CE, el BCE y el FMI se han centrado en resolver el irresoluble problema de la banca, con un sangramiento continuo de recursos públicos, en vez de respaldar la actividad económica que genera empleo y reactiva la demanda. Tampoco la disminución de los salarios ha generado un despegue de las exportaciones, como indican los modelos ortodoxos, dado que el comercio global sufre un serio declive. Un mejor motor para el repunte y la reactivación podría ser el aumento del salario mínimo. Pero la troika ha estado demasiado ocupada en los rescates de la banca.
A seis años del estallido de la crisis el fracaso en la orientación de las políticas aplicadas se hace evidente. Los planes de austeridad han sido un fracaso porque se pensaba que el retiro del gasto público haría fluir el gasto y el consumo privado y ayudaría a disminuir el nivel de deuda de los países. Sin embargo, la austeridad ha tenido efectos más devastadores y no solo ha hundido la actividad económica sino que también ha aumentado los niveles de deuda dado que, en una economía en recesión, los ingresos públicos disminuyen. Si la prima de riesgo se ha situado en niveles bajos ha sido solo por las cuantiosas inyecciones de dinero a la banca por parte del BCE. La paradoja es que este dinero no fluye hacia la economía real y la contracción del crédito ha caído en forma continua en los últimos 19 meses, situándose en los niveles más bajos desde que existe la moneda única, es decir en más de una década.
Como además, las políticas monetarias de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo no pueden continuar indefinidamente, apenas comience a cerrarse el grifo monetario los aspectos sistémicos de la crisis reaparecerán y esto puede ocasionar un nuevo colapso. Ese será el momento que mostrará la inutilidad de las políticas aplicadas a lo largo de estos seis años, dado que no se ha hecho nada por abordar los desequilibrios monetarios que envuelve la moneda única en países de disímiles características y necesidades.
En El Blog Salmón | Los planes de austeridad conducen al desastre, El fracaso de los planes de austeridad en dos gráficas