¿Cómo evitan la contaminación otras ciudades?

¿Cómo evitan la contaminación otras ciudades?
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La contaminación y “La Boina” lleva siendo un tema de conversación en Madrid desde hace tiempo, pero nunca hasta ahora nos habíamos planteado tanto el tema como hasta la aplicación de los protocolos anti-contaminación que se aprobaron con la administración de Ana Botella y que se han puesto en práctica por primera vez bajo la de Manuela Carmena.

Ante la activación por segunda vez del protocolo anti-contaminación de Madrid, el tema de conversación ha sido noticia y tema de conversación. Principalmente porque la posible aplicación del escenario 3 en el que se prohíbe la circulación a la mitad de los coches dependiendo de su matrícula (par o impar, coincidiendo con el día del mes) asusta bastante a aquellos que utilizan el coche para su desplazamiento diario a su centro de trabajo dentro de Madrid (o incluso al revés, gente que vive en Madrid y trabajan a las afueras). También a aquellos que van en coche de un sitio a otro por motivos laborales (vendedores, representantes, etc).

Estas alertas de contaminación que en Madrid vemos como algo nuevo, no lo son. En Londres en 1952 tuvieron la primera gran crisis de contaminación, quedando el cielo oculto por el hollín del carbón durante varios días, algunas estimaciones hablan de alrededor de 12.000 muertos por culpa de dicha crisis. En 2013 hubo una crisis equivalente en Shanghai y hace unos años también la tuvimos equivalente en París, dónde se llegó a restringir la circulación de los coches según las matrículas de los coches.

¿Qué medidas se toman en las grandes urbes del mundo para evitar la contaminación?

  • Restricción por número de matrícula: se ha hecho en ciudades de todo el mundo, como Atenas, Pekín o ciudad de México (desde 1989). La idea es sencilla, de este modo deberíamos de ser capaces de limitar a la mitad los coches que circulan un día a la semana, o tal vez más. Es el contemplado en Madrid ante alertas y se ha puesto en práctica en París recientemente ante medidas inusuales de alta contaminación. Existen quienes opinan que está demostrado que este tipo de medidas son contraproducentes, porque los conductores acaban comprando coches viejos e ineficientes con otro número de matrícula en el largo plazo con el objetivo de poder seguir circulando a pesar de las restricciones. Además al no tener efecto según lo contaminante o no que sea el coche, los propietarios acaban no teniendo incentivo para comprar coches menos contaminantes y eficientes.
  • Áreas de acceso sólo a residentes Esta medida está siendo puesta en práctica actualmente por Madrid, y es muy posible que se acaben aumentando a otras zonas del centro. La idea es que sólo pueden entrar residentes en ciertas zonas en sus coches. El resto de personas tendrán que acceder en transporte público o pagar un taxi.
  • Limitar la velocidad tiene un objetivo doble. Por un lado reduce la contaminación, mientras que por otro desincentiva el uso del transporte privado, ya que se requiere más tiempo en alcanzar el destino. Aparte de Madrid, se aplica en lugares como Bruselas cuando hay alertas de contaminación (en este caso más estricto, puesto que la prohibición se establece en 50 km/h.
  • Áreas de emisiones ultra bajas, que limitan el acceso de vehículos de altas emisiones a las mismas. Por ejemplo tenemos la establecida en Londres, y también la establecida en el centro de Berlín. Otra ciudad que lo aplica es Estocolmo.
  • Prohibir la conducción a ciertas horas fue una idea que se hizo en Bogotá, pero no dió buenos resultados, puesto que al final los conductores evitaban dichas horas o simplemente tomaban rutas alternativas, se estima que hubo un incremento de un 13% en las emisiones.
  • También tenemos los peajes de acceso, como la “Congestion Charge” de Londres, que desde 2003 empezó cobrando cinco libras a aquellos que quisieran utilizar el coche dentro de ciertas zonas, actualmente siendo el pago de diez libras. La medida ha tenido éxito y la mayoría de los londinenses están de acuerdo con la misma.
  • Por último está la opción de hacer como los tokiotas, y prohibir los vehículos más contaminantes, los diesel. En el año 2000 se tomó la medida de prohibir los vehículos diesel comerciales, salvo aquellos que cumplieran ciertos límites estrictos de emisiones a partir de 2003. Los vehículos de pasajeros impulsados con gasoil tuvieron algo más de tiempo antes de ser retirados. Es quizás la medida más extrema, pero también la más efectiva de las mencionadas.

Independientemente de lo que nos gusten o disgusten las medidas,** vamos a ver medidas de este tipo en nuestras grandes ciudades** (principalmente en Madrid y Barcelona). La normativa europea anti-contaminación es estricta, y se va a intentar evitar pagar las multas por saltárselas.

En El Blog Salmón | ¿Cómo arreglamos la contaminación de las ciudades? y Necesitamos cobrar ya por conducir en las ciudades

Más información | The Guardian, Urban Access Regulations

Imagen | kevin dooley

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