Andalucía es una comunidad rica y solidaria con el resto del mundo que puede permitirse destinar 73 millones de euros anuales a la cooperación internacional, en programas tan interesantes como el cultivo del champiñón marroquí, la promoción sexual y reproductiva en Burkina Faso o fortalecer las capacidades de mujeres y jóvenes para el ejercicio de ciudadanía en Nicaragua como programas subvencionados de primera necesidad.
Estos buenos propósitos se realizan mediante la Agencia Andaluza para la cooperación y el desarrollo internacional, organismo público dependiente de la Consejería de la Presidencia de Andalucía que cuenta con un presupuesto anual de 72,7 millones de euros para el ejercicio 2012
Y es más aún porque por ejemplo, dentro del programa de subvenciones, tenemos 43,2 millones de euros con cargo a tres ejercicios presupuestarios para acciones de cobertura internacional y 3.9 millones de euros para programas radicados en Andalucía de diversa utilidad y finalidad real. Ahora en serio ¿cuándo vamos a parar este despilfarro? ¿Puede Andalucía permitirse ser solidaria cuando en el mismo Sevilla hay gente que pasa hambre, en el Bacie o las 3000 viviendas los niños están sin escolarizar y tenemos ancianos en dependencia que mueren solos en sus casas?
No entiendo cómo se aprueban estas partidas presupuestarias y ojo, no digo que haya programas necesarios a nivel internacional (y otros que son una barbaridad como enumero en el encabezado) pero Andalucía tiene un 30% de paro y acciones mucho más urgentes que acometer si hablamos de políticas sociales, sin olvidar que la cooperación internacional debe subvencionarse a nivel estatal. Me gustaría ver una auditoria detallada de cada euro que ha gastado esta Agencia Andaluza y los trabajos realizados realmente, porque a mí, no me cuadran las cuentas, el programa ni los objetivos que despilfarran a manos llenas el dinero público.
Más Información | Agencia Andaluza para la cooperación y el desarrollo internacional
En El Blog Salmón | No con mi dinero, Cuando éramos ricos: el documental de Salvados sobre el despilfarro