Lo mencionábamos hace unas semanas, y parece que lo que eran buenas intenciones se van a transformar en hechos. Los ministros de economía del G8 (los países más industrializados del mundo más Rusia) han acordado un plan para la condonación de la deuda exterior a un conjunto de países pobres. Este acuerdo, "precocinado" entre Estados Unidos y Reino Unido, supone la condonación de una deuda por valor de 40.000 millones de dólares a un conjunto de 18 países.
Los 18 países "agraciados" son: Benin, Bolivia, Burkina Faso, Etiopía, Ghana, Guayana, Honduras, Madagascar, Malí, Mauritania, Mozambique, Nicaragua, Níger, Ruanda, Senegal, Tanzania, Uganda y Zambia. En una segunda fase, hay otros nueve países que se beneficiarán de una medida similar en el plazo de uno a dos años. Y, en fase de estudio, hay otro conjunto de 11 países cuya condonación estará sujeta al cumplimiento de determinadas condiciones sobre todo vinculadas a la resolución de los conflictos armados que les afectan.
La condonación de la deuda es un paso importantísimo para estos países. Sin embargo, para que finalmente se produzca, estos países han sido conminados a que resuelvan algunos asuntos de vital importancia: la corrupción, la transparencia, la seguridad jurídica, la estabilidad económica... que uno se pone a pensar, y si fuera tan fácil hacerlo... ¿no lo habrían hecho ya?. Esta medida va a aliviar una carga muy grande que sufrían estos países. Pero difícilmente va a cambiar algunos problemas estructurales que les han traído hasta esta situación. Algunos de estos problemas son internos, pero otros tienen que ver con la relación que los países ricos (que ahora les conceden la "gracia" de perdonarles sus deudas) han mantenido (y mantienen) con ellos. En este sentido, y aun teniendo claro que la condonación de la deuda es algo esencialmente bueno, no hay que echar las campanas al vuelo y pensar que está todo hecho, porque lo menos que puede pasar es que en el plazo de unos pocos años la situación vuelva a ser la misma.
Hay una segunda derivada respecto a esta medida: ¿qué pasa con los países que, sin llegar a ese grupo de los países probres fuertemente endeudados, también tienen un nivel de deuda importante? ¿Qué pasa con los países que han hecho esfuerzos por cumplir con sus compromisos de pago, realizando reformas económicas cuando y como se las pedían? ¿No sentirán en esta medida un agravio comparativo? ¿No llegarán a la conclusión de que al final es mejor acumular deuda y retrasar los pagos, porque se las acabarán perdonando?
La pobreza en el mundo es una lacra enorme, contra la que hay que seguir luchando. Esta puede ser una primera medida. Pero no podemos quedarnos aqui...
Vía | El Mundo Más información | Banco Mundial