Venezuela opta por forzar a trabajar en el campo para combatir la escasez de comida, ¿es la mejor opción?
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Venezuela opta por forzar a trabajar en el campo para combatir la escasez de comida, ¿es la mejor opción?

La escasez de comida en Venezuela es un asunto preocupante. Llevan ya meses con falta de alimentos y la situación es ya insostenible. Tanto que las imágenes que hemos visto recientemente de la frontera con Colombia (que recientemente se ha abierto por motivos humanitarios) son dantescas, con miles de personas intentando cruzar.

La solución a esta crisis alimentaria es muy compleja. Y Venezuela ha decidido abordarla con un decreto que permite al Estado obligar a cualquier persona en condiciones físicas suficientes a trabajar en el campo. El motivo esgrimido, aparte de la escasez de comida, es que solo el 25% del país está cultivado.

Este "servicio público" sería por un periodo de 60 días y puede extenderse otros 60 más. El decreto ha sido duramente criticado por Amnistía Internacional ya que lo considera trabajo forzado.

¿Será efectiva la medida?

La medida es, primero, moralmente muy polémica. Por un lado el país está sumergido en una crisis de emergencia nacional, y algunos podrían argumentar que lo principal es solventarla y que un servicio social forzado podría ser una solución. Pero por otro lado obligar a trabajar va en contra de las libertades individuales y recuerda a otras épocas mucho peores.

Pero lo principal es si la medida será efectiva. Es complicado hacer productivo el campo en poco tiempo, una medida como esta tardará meses en ser efectiva. Y además con la oposición externa e interna, que durará mientras no haya producción.

Otro aspecto es si el trabajo forzado es la mejor forma de hacer productivo el campo. Y la respuesta es no. Se puede ver que en las Repúblicas Soviéticas, antes de su caída, la productividad del campo no fue capaz de seguir la senda mundial. El desastre de Mao en China también demostró al mundo que una economía agraria planificada desde el Estado con trabajadores forzosos lleva al desastre.

La colectivización del campo y la obligación de trabajar en un sector sin nada a cambio y con mano de obra no especializada no es la solución. Es más, normalmente es síntoma de fracaso del modelo actual.

¿Hay otras formas de mejorar el suministro de alimentos?

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Existe una forma de lograr que la producción agraria de Venezuela sea mucho mejor, pero de nuevo será una tarea lenta. Tendría que haberse emprendido hace muchos años, cuando las reservas del banco central se iban reduciendo con un final previsible (aunque el desplome del precio del petróleo tan rápido no ha ayudado).

El camino es la reforma agraria que tuvo Taiwan después del final de la Guerra Civil china. Los dirigentes de la China nacionalista, refugiados en Taiwan tras su derrota, entendieron que el Comunismo había triunfado en parte por que las élites vivían bien y el pueblo no. Era el momento de quitar privilegios a las élites, y lo principal era una reforma agraria.

El cultivo del campo pasó de ser latifundista a todo lo contrario. Se confiscaron tierras y se repartieron entre la población, sin apenas compensación para los dueños originales que apenas las explotaban. Esto permitió que la productividad en el campo subiera y además generó riqueza entre la población, pues tenían una forma de subsistir.

Es cierto que este plan tampoco es algo efectivo a corto plazo pero sería una solución permanente.

La producción en Taiwán se quintuplicó desde 1946 a 1976, también ayudados por inversiones públicas que permitieron modernizar el campo. Es cierto, claro, que recibieron muchas ayudas de EEUU para modernizar el campo. En este caso Venezuela no cuenta con la ayuda externa, pero tiene la ayuda del petróleo. El dinero que viene del petróleo se debería usar para modernizar el campo y hacerlo competitivo, en lugar de vivir de las rentas.

Otra cosa que debe hacer Venezuela es dejar de mantener varios cambios paralelos de su divisa. Esto beneficia a unos pocos y crea distorsiones en el mercado. Ahora mismo la mejor manera de impedir importaciones que dañen la economía es dejar flotar la moneda. Y si requieren ayudas internacionales para paliar la hambruna en la transición que las pidan, con un plan de futuro realizable que garantice que no son ayudas sine die.

Es cierto que este plan tampoco es algo efectivo a corto plazo y que puede sonar más atractivo hacer productivo el campo a través de un decreto de trabajo obligado, pero esto sería mucho más efectivo y una solución permanente.

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