El coste de la morosidad para la Banca

El coste de la morosidad para la Banca
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Se nos rompió el amor de tanto usarlo, cantaba Rocío Jurado. Hasta lo aparentemente más sólido, lo más genuino, acaba desmenuzándose en función de las circunstancias. Y algo así pasa con las palabras. De tanto usarlas, de tanto ser sobadas por todo el mundo acaban perdiendo su significado, convertidas en significantes sin sentido, o , lo que es pero, con sentidos malamente asumidos. Me temo que algo así ha ocurrido con el concepto de morosidad, especialmente cuando lo situamos dentro del mundo de la Banca.

Uno, de lo que recoge en los medios y en las conversaciones con la gente de la calle, asume que se es consciente de que hay un problema. Sin embargo, no creo que se haya interiorizado la magnitud del mismo, especialmente cuando políticos como ZP ponen cara de sus-vais-a-enterah al referirse a esos malevos de Bancos que no quieren prestar dinero. Quizás, solo quizás, si repasamos cuÁl es el coste de la morosidad para el sector financiero veamos a lo que nos enfrentamos. Sin ánimo de ser exhaustivo, entre los costOs que implica una operación financiera en mora tenemos los siguientes:

    <li>El primero y más evidente es que dicha operación debe ser provisionada, debe dotarse. O lo que es lo mismo, en previsión de posible problemas de recobro final de la deuda, y en función de un calendario legal, las entidades financieras deben ir nutriendo ese fondo de provisiones. ¿Y qué supone, de dónde sale? Pues de donde sale todo: de la cuenta de resultados. Las provisiones de fondos son un gasto que no suponen desembolso, pero que debe ser contabilizado como tal  y que erosiona la capacidad de generar beneficios.</li>
    
    
    <li>El segundo, mucho menos nombrado por la prensa es que también supone unos menores ingresos. <strong>Los intereses de los créditos morosos dejan de tenerse en cuenta como ingresos</strong> (lógico, no se sabe cuando ni como se van a cobrar). No es encontramos así con que la cuenta de resultados no sólo sufre por el lado de unos mayores gastos (provisiones), también lo hace debido a unos menores ingresos. Las consecuencias son dramáticas, especialmente si consideramos  que los margenes en el sector diferencia, a diferencia de lo que la gente cree son muy estrechos, por lo que la morosidad es enormemente dañina. Para compensar dicho daño en la cuenta de resultados el esfuerzo comercial ha de ser ímprobo.</li>
    
    <li>Pero, si esta necesidad de facturar muchos más resulta muy difícil en un contexto de crisis, aún lo es más si consideramos que<strong> buena parte de ese capital humano esta centrado en la recuperación de esos activos en mora</strong>. Dicho de otro modo, los comerciales dejan de tener como primera prioridad producir para centrarse casi exclusivamente en cobrar, lo que seguramente nos lleve a unos menores ingresos.</li>
    
    
    
    <li>Buena parte de los ingresos no bancarios del sector venían dados por la comercialización de productos en paralelo a las hipotecas, seguros especialmente. <strong>Esas lineas de negocio, sin sus catalizadores habituales, también se desploman</strong>. Las filiales no bancarias que vivían de estos ingresos estan Ko, al igual que aquellos empresas cona cuerdos de distribución con la Banca.</li>
    
    <li>
    

    La elevación de las tasas de morosidad produce un encarecimiento del coste de financiación en los mercados para las entidades bancarias. Haya o no descensos en los ratings, una mayor morosidad implicará seguramente unos mayores tipos (salvo con los particulares, en los que el Gobierno, gracias a su barra libre para todos de 100.000 euros a costa de los Fondos de Garantía, ha terminado de contaminar el sistema). Por tanto, estamos ante una elevación de los costes de las entidades.

¿Y aún quiere cebar más la bomba el Sr. Presidente?

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