Snapchat sale a bolsa sin derechos de voto, una novedad que podría cambiar las futuras OPVs

Snapchat sale a bolsa sin derechos de voto, una novedad que podría cambiar las futuras OPVs
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Snap Inc., la compañía matriz de la popular aplicación de mensajería multimedia Snapchat, acaba de registrar la documentación necesaria para comenzar a cotizar en la bolsa de Nueva York, algo que sucederá las próximas semanas. Se trata de la oferta pública de venta más importante en el mundo tecnológico desde que twitter salió a bolsa allá por 2013.

La OPV de Snap es relevante por dos motivos. Es el primero de los grandes 'unicornios' tecnológicos (empresas no cotizadas valoradas en más de 1,000 millones de dólares) en salir a bolsa, mientras que otros como Uber o Airbnb han optado por permanecer fuera de los mercados públicos por el momento. Lejos han quedado los tiempos de la burbuja puntocom, cuando cientos de compañías tecnológicas salieron a bolsa ofreciendo unas perspectivas de futuro que, en la mayor parte de los casos, nunca se materializaron.

Hay otra razón por la que la salida a bolsa de Snapchat pasará a la historia. Según el folleto informativo de la oferta:

Aunque otras compañías norteamericanas han emitido acciones sin derecho a voto, hasta donde nosotros sabemos ninguna otra compañía ha completado una oferta pública de venta con acciones sin derecho a voto en la bolsa estadounidense.

No es la primera vez que una tecnológica emite participaciones sin derecho a voto (Facebook lo ha hecho para que Mark Zuckerberg pueda vender gran parte de sus acciones y a la vez mantener el control de la compañía), pero sí la primera vez en que una compañía manifiesta su intención de que ninguna de sus acciones cotizadas tenga derecho a voto. De tener éxito, podría cambiar las reglas de las ofertas públicas de venta tal como las conocemos hasta ahora.

¿Qué significa esto para los accionistas de Snapchat?

Esencialmente, que los inversores no tendrán ninguna influencia en la toma de decisiones de la compañía, uno de los incentivos fundamentales a la hora de comprar acciones en lugar de otro tipo de inversiones. Comprar acciones supone tener parte de la propiedad de la empresa, lo que implica asumir el riesgo de perder el dinero si las cosas van mal, pero también el derecho a una cuota de poder en la empresa proporcional al capital invertido.

Las tecnológicas han cambiado las reglas del juego. Alphabet (la matriz de Google) fue la pionera, dividiendo su capital en acciones de clase A (para los 'mortales'), con un derecho a voto por acción, y de clase B (para los propios fundadores Larry Page and Sergey Brin) con 10 derechos a voto por acción, asegurando así que los fundadores mantendrían el control de la empresa incluso con una participación minoritaria en el capital. Alphabet también tiene acciones de clase C sin derecho a voto, emitidas fundamentalmente para los empleados que reciben parte de su salario en acciones de la compañía.

Evan Spiegel
Evan Spiegel, cofundador de Snapchat

Snap Inc. replicará la estructura de Alphabet pero garantizando un control más estricto para los fundadores, Evan Spiegel y Bobby Murphy. Sus acciones, llamadas de clase C, tendrán 10 derechos de voto por acción garantizándoles el control de la compañía salvo que decidan vender más del 70% de su participación. En otra insólita cláusula, se garantizan que si uno muere, el otro podrá ejercer los derechos de voto correspondientes a ambos. Las acciones de clase B, con un derecho a voto, están reservadas a los grandes inversores privados que han adquirido parte del capital antes de la oferta pública de venta. Y todas las demás acciones (es decir, las que cotizarán), llamadas de clase A, carecerán de derecho a voto.

Aunque este tipo de estructuras híbridas se justifican para que los fundadores tengan libertad de dirigir la estrategia de la empresa sin presiones de los mercados, Snap Inc. será la primera en eliminar completamente este contrapeso. Si la empresa tomase un rumbo equivocado, aunque en un momento dado hubiese una coalición de inversores con una mayoría del capital dispuesta a cambiarlo, no tendría el poder para rectificar las decisiones de los fundadores.

Los grandes inversores, contra Snapchat

Los analistas e inversores no han reaccionado bien ante la propuesta de Snap. Que cada accionista tenga un control sobre la empresa proporcional a su capital es una de las reglas fundamentales de la bolsa, cuya ruptura solo se justifica en casos excepcionales. Los grandes fondos de inversión norteamericanos harán llegar una carta a la compañía para que replantee su postura. Existe consenso en que comprar acciones que no den ningún derecho sobre la empresa cotizada no es, a priori, una buena inversión.

Algunos analistas han ido mucho más allá, calificando a Snapchat de 'basura total' que debe ser evitada a toda costa por los inversores. La salida a bolsa de Snapchat también ha sido calificada como 'la Donald Trump de las OPVs': irrespetuosa con las formas tradicionales, con un tono que roza lo soez –el folleto informativo habla literalmente de cómo los smartphones se usan 'mientras cagamos' (poop)–, y cuyas expectativas se han inflado gracias a su popularidad entre inversores poco informados.

En cualquier caso, el fracaso o éxito de la salida a bolsa de Snapchat servirá para indicar si las acciones sin derecho a voto son una ocurrencia pasajera o están aquí para quedarse y cambiar las reglas de la bolsa.

Fotografía | Adam Przezdziek

En Genbeta | ¿Será la salida a bolsa la solución a Snapchat o la suya es una causa perdida?

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