El diario deportivo francés L'Equipe ha cargado duramente contra el ciclista norteamericano Lance Armstrong al publicar pruebas (o presuntas pruebas) de que el deportista consumió EPO (una sustancia que mejora el rendimiento deportivo) en diversas etapas del Tour de 1999, el primero de los siete que el norteamericano ha ganado de forma consecutiva.
Lance Armstrong ha sido el dominador claro de la ronda gala en los últimos siete años, el alma de la carrera. Ante su exhuberancia, no han sido pocos los rumores alimentados por la prensa y diversos libros de que su rendimiento no era del todo "natural". Por contra, Armstrong siempre ha negado cualquier vinculación con el dopaje, y siempre ha achacado su poderío físico a su mentalidad y a su entrenamiento. El caso abierto ahora por L'Equipe no está exento de controversia: Armstrong ya ha respondido con dureza al artículo publicado, y empiezan a surgir voces que dicen que igual las pruebas no son tales. En cualquier caso, dado que el dopaje por EPO fue considerado después de dicha carrera, no podría decirse que Armnstrong se dopó en el sentido "legal" del término, aunque sin duda afectaría a su leyenda deportiva y a su imagen pública: de ser el superviviente de un cancer que a base de fuerza de voluntad logró un éxito sin comparación, a ser un tramposo.
Sin embargo, lo que ha llamado mi atención del caso no es tanto el hecho en sí, si no la forma y el tiempo: el diario L'Equipe es el organizador del Tour, y resulta que hace pública esta información, qué casualidad, apenas unas semanas después de que Armstrong haya ganado su séptimo tour y se haya retirado de la competición. Es decir, ahora que su imagen no va a afectar al Tour, ni a su rendimiento económico. Porque, si nos ponemos a pensar... ¿qué hubiera sido del Tour estos años sin la presencia de Armstrong? ¿Qué habría pasado con los jugosos ingresos publicitarios, televisivos, etc.? ¿Podía el Tour (y su organizador L'Equipe) arriesgarse a convertirse en una carrera anodina?
Mientras Armstrong ha sido el atractivo principal del Tour, la gallina de los huevos de oro, nada se ha sabido del caso. Y ahora que deja de serlo, el propio L'Equipe arremete contra él. A mi no deja de sorprenderme que sea justo ahora cuando aparece este reportaje, y no hace un año, o hace dos, o hace tres... pero es que cuando hay dinero de por medio, ¡todo está muy calculado!
Vía | El Mundo Más información | L'Equipe (en francés)