Qué hacen las empresas cuando el arcoíris y el pinkwashing les sale caro: el caso de Bud

Qué hacen las empresas cuando el arcoíris y el pinkwashing les sale caro: el caso de Bud
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Bud Light era la cerveza más vendida de EEUU. Sin embargo la mexicana Modelo ha superado a la veterana cerveza americana en su país. ¿Es por un cambio de gustos del público? ¿Es por una demografía cada vez más inmigrante? En realidad no.

Detrás del debacle de Bud Light, que llevaba liderando el mercado de las cervezas en EEUU en los últimos 20 años hay mucho de marketing, guerra cultural y consumidores enfadados. En estos momentos hay un boicot de muchos consumidores debido al apoyo de Bud a la comunidad LGBTQ+ y su posterior marcha atrás.

El pinkwashing de Bud le ha salido caro

Todo empezó en abril, cuando Bud Light intentó ampliar su base de consumidores, en esta ocasión dentro de la comunidad LGBTQ+. Para ello usó a la influencer transgénero Dylan Mulvaney para promocionar la cerveza. Pero el asunto trans está en el centro de la guerra cultural en EEUU y esto provocó un boicot entre el sector más conservador de los clientes de la conocida marca de cerveza.

Bud Light no tardó en echarse atrás y a los pocos días su CEO publicaba en Twitter un comunicado en el que decían que no querían dividir a la sociedad. Pero no fue suficiente porque el boicot a Bud Light sigue activo y ha logrado desbancar a la marca de cerveza como la más consumida en EEUU.

Los datos dicen que las ventas de la marca se han desplomado un 24% en las cuatro semanas previas al 3 de junio. La cuota de mercado se ha situado en el 7,3% frente al 8,4% de Modelo. Y es que se han juntado dos cosas: por un lado el boicot de los que están visceralmente en contra del movimiento trans pero también los que lo apoyan están cabreados por la marcha atrás de la marca.

¿Qué van a hacer las marcas ante este tipo de boicots?

Hay una polémica flotando en el ambiente: cada vez las marcas apoyan menos al movimiento LGBTQ+. Y es que aunque en el pasado el apoyo al Orgullo ha salido bien a las marcas, debido a que hay una aplastante mayoría que apoya el movimiento gay, en el tema trans hay más división y los movimientos ultraconservadores han visto como es un punto de enganche en la guerra cultural.

Lo cierto es que en el caso de Bud Light se ve que apoyar al colectivo ha tenido un gran impacto en las ventas. Esto implica que marcas que no tienen un gran compromiso con ciertos valores y que simplemente querían apuntarse un tanto con un colectivo no lo van a hacer en el futuro pues los costes están claros. A una marca con un gran compromiso con el movimiento LGBTQ+ no le importará perder clientes, a una que solo quería hacer un poco de pinkwashing sí.

Por cierto, los boicots en general no funcionan y si lo hacen duran un tiempo. Bud Light se recuperará, pero el toque de atención ha sido fuerte. No solo para ellos sino para todo el mercado. Este año y los posteriores veremos menos avatares multicolor en Twitter.

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