Agua a la venta

Agua a la venta
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Retomamos la reseña de obras interesantes, y para compensar la espera vamos a hacer doblete, aprovechando para exponer puntos de vista contrapuestos sobre un mismo tema. Y se trata de un tema espinoso, delicado, el de la titularidad y gestión del agua. En la esquina liberal de este ring nos encontramos con Agua a la venta, de Fredrik Segerfeldt, una obra de 2003, si bien mi lectura es de la edición en español de Cato Institute de 2005 que podéis descargar en su propia página(¿esos malvados liberales dando algo gratis?, ¿serán drogas?)

El subtitulo del libro es esclarecedor del propósito del mismo: cómo la empresa privada y el mercado pueden resolver la crisis mundial del agua. Ambiciosa meta que da lugar a una obra extensa, d la que sólo vamos a sacar unos cuantos destellos en este post.

En primer lugar el autor identifica el problema, precisándolo frente a otras interpretaciones: hay una crisis mundial del agua, pero no debida a una falta de recursos naturales, a problemas de superpoblación, etc. El orígen de la crisis está en una deficiente inversión y gestión de los sistemas públicos del agua (precios bajos, incentivos erróneos, objetivos ideológicos, etc...). Y el autor entiende que la solución pasa por un mayor peso de las empresas privadas y del mercado en dicha esfera.

Conviene matizar, para los que empiecen a sentirse molestos que en el próximo post traeré una colación una obra que apuesta justo por lo contrario. O más bien miento, ya que a pesar de lo que puedan pensar algunos Segerfeldt no es precisamente un liberal radical. Reconoce el papel de las Administraciones Públicas, coincide con la visión neoclásica de los monopolios y parece que se limita a defender un mayor uso de las concesiones administrativas, de las jointventures público-privados y del desarrollo de mercados del agua.

En este sentido puede resultar interesante despues de haber leído la obra echar un vistazo a la reseña crítica de Rallo respecto a la misma. Sin tener tan clara la crítica a Segerfeldt como Rallo, siendo consciente de la dificultad de la cuestión, si hay algo que me preocupa, y es que esa conjunción de mundos, público y privado, tan querida para los socialdemócratas de todos los partidos, es un caldo de cultivo ideal para las peores práctica, alimentado por todos los defectos de ambos mundos.

De cualquier manera recomiendo la lectura de la obra, que lucha contra la verdad oficial y oficiosa (aquellos que vean determinada película de Iciar Bollaín harían bien en leer también este libro) difundida, en muchas ocasiones con dinero público, de que éste es un asunto de políticos y funcionarios, y de que las privatizaciones/desnacionalizaciones en esta materia han sido un fracaso, achacando su responsabilidad al sector privado.

Segerfeldt se centra fundamentalmente en los países en desarrollo y en el Tercer Mundo (de ahí quizás su gradualismo), con casos concretos, e identifica que las bajas tarifas del agua, que en buena medida suponen subvenciones de los políticos a determinados grupos impiden el desarrollo de sistemas viables, dejando fuera de las redes de agua potable a amplias capas de la población que pagan un precio muy superior a dichos precios políticos. La privatización supone mejorar la situación de esas personas, pero encarece en muchas ocasiones el precio de los actuales beneficiarios, limita el poder de los caciques locales y de las castas sindicales, lo que explica las fuertes resistencias al cambio.

Además, dicha oposición frontal se ve apoyada por los restos del naufragio de la antiglobalización, bueno parte de los cuales vienen del naufragio de un Potemkin que encallo en un arrecife berlinés hace ya unas décadas.

Más información | Cato institute

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