Marx en el Soho

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A lo largo de estos años han sido muchos los libros que hemos comentado en este blog, pero que yo recuerde es la primera vez que vamos a hacerlo con una obra teatral. Ensayos en mayor medida, nuevo periodismo, algunas novelas, pero nada de teatro. Así que estamos de estreno, nunca mejor dicho, con Marx en el Soho, de Howard Zinn.

¿Por qué motivo lo traigo aquí? Pues por múltiples causas:

  • La obra es puro revisionismo marxista, en una linea de los nuevos movimientos que surgen o se recuperan tras el fiasco de la caída del Muro y que apuestan contra lo que ellos denominan neoliberalismo y la dictadura de los mercados.
  • Tiene su público y me parece importante que la conozcan (hay que estar atento a los gustos del consumidor, incluso cuando éste cree que no lo es).
  • Es una obra que, por su pequeño formato, por sus aquilatados costes de producción (es un monologo en un sólo escenario), es sumamente rentable. Si no me equivoco, en España distintas compañías la han adaptado.
  • Su autor, Howard Zinn, fue un reconocido intelectual izquierdista, gurú de conocidos cantantes, actores, escritores,etc, lo que le hacía sumamente visible para el gran público.

Mis apuntes son sobre la edición en castellano del texto original, y a modo ilustrativo he colgado una producción estadounidense, bastante reciente, de la misma.

¿Qué es Marx en el Soho? Una reivindicación de la figura de Marx y de sus análisis en primera persona. Marx vuelve a la tierra por unos instantes, con permiso celestial (son liberales, por eso le dejan) para desmentir no tanto que él este muerto como que lo estén sus ideas. Pero en vez de acabar en el Soho londinense, por errores burocráticos (algún planificador errado), acaba en el Soho de Nueva York.

Entre nosotros, creo que he visto mil veces este planteamiento de que alguien desciende del cielo (o asciende del infierno) para reclamar lo que es suyo, enmendar algún error, etc. Con mayor o menor gracia pero estoy seguro que a a vosotros os pasará lo mismo.

A partir de ahí Marx se dirige a la audiencia, la interpela, narra fragmentos de su vida y sobre todo reclama que sus ideas siguen siendo de aplicación, recurriendo a una supuesta actualización de las mismas que no es tal, con momentos cansinos como achacar al capitalismo la explotación infantil o la enésima repetición del supuesto robo de la plusvalía del trabajador por parte del empresario.

Pero he de reconocer que me reído, especialmente cuando afirmaba que el no era marxista, y se separaba de los crímenes y desviaciones de sus seguidores. Vamos, en la linea de Solbes respeto a Zapatero.

Otro momento hilarante es cuando defiende la dictadura del proletariado (ya saben, temporal, pero temporal de lo que haga falta) o su queja acerca de que el capitalismo es verdaderamente internacionalista, al menos más que el movimiento que él impulsa. Pero el culmen llega cuando reconoce que él y su familia sobrevivieron gracias al capitalismo, es decir, gracias al dinero de Engels. Ahí me he acordado de Tatcher y su famosa afirmación de que el socialismo fracasa...cuando se le acaba el dinero de los demás.

En cualquier caso no acabo de entender esa necesidad reivindicatoria, ya que Marx y sus ideas están bien vivas, nunca murieron. Basta leer el programa de gobierno recogido en El Manifiesto Comunista y darnos cuenta que se halla muy presente, de un modo transversal, en la concepción ideológica de los partidos que nos gobiernan, de uno u otros signo. Forma parte del acervo cultural de nuestra realidad estatal.

Por lo demás, si os gusta Alberto Garzón, Vicenc Navarro, y compañía, sin duda esta es vuestra obra. Y si no os gustan, pero queréis reafirmar vuestras ideas totalmente opuestas a a este revival innecesario, tampoco viene mal como vacuna.

Más información | Howard Zinn, Marx in Soho

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