Renovar tu serie favorita podría significar la ruina de Netflix y HBO

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La crisis sanitaria posicionó al streaming como un sector en auge, viendo como las cifras de suscriptores aumentaban considerablemente a diario con el objeto de tener un entretenimiento a la carta para sosegar tantas horas libres. Pese al cambio de la situación, son muchísimos los usuarios que apuestan por el sistema de pago por suscripción para acceder a contenido de calidad sin publicidad.

Pero la tendencia está cambiando en los últimos meses. Las principales plataformas de vídeo se están viendo obligadas a cambiar sus modelos de negocio si quieren subsistir, pues la recesión económica y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares ha derivado en un descenso considerable en el número de usuarios. Hay muchas plataformas de streaming para un número limitado de usuarios, lo cual repercute en una búsqueda de alternativas.

Un estudio publicado por Kantar a finales de 2022 recoge que 12,4 millones de hogares españoles utilizan, al menos, una plataforma de streaming, por lo que el 66% de la población confía en estos servicios. No obstante, el futuro es incierto para este tipo de plataformas, que desde comienzos de año han visto reducir sus cifras de usuarios.

Netflix ha perdido el 3,3%, seguida de Disney+(con un 2,6%) y Movistar Plus (2,1%). En contraposición, Apple TV+ gana un 0,3% de cuota de pantalla y Mitele Plus de Mediaset España un 0,5%. Asimismo, el mayor crecimiento lo adquiere Filmin con un 1,5% de cuota.

Pese a todo, Netflix sigue siendo la plataforma más vista con un 72% de los usuarios que cuentan con estos servicios, seguida de Amazon Prime(68,2%), Disney+ (33,5%), HBO Max(31,4%), Movistar + (22,7%) y DAZN(14,5%). Aunque la media en EEUU es que el 7% de los consumidores posee seis o más suscripciones SVOD, en España el porcentaje de usuarios con dos o más plataformas se sitúa en un 62,5%, el nivel más bajo en los últimos dos años.

Nuevas líneas estratégicas

Ante la crisis económica y la férrea competencia existente, plataformas como Netflix se han visto obligadas a incorporar anuncios en determinados planespara que sus tarifas más económicas resulten rentables. Quizás ésta sea la clave para que pueda subsistir el sector, cuyo futuro es incierto al acumular pérdidas de suscriptores y de ingresos, y por ende, se ve reflejado en un contenido de peor calidad, de menor duración y en el que transcurre más tiempo antes del estreno de una nueva temporada.

Ahora que las plataformas de streaming ofrecen contenido sin anuncios, los guionistas de las series se ven en una situación realmente tensa, pues la falta de ingresos con respecto a las cadenas convencionales ha llevado a que descienda el salario de los guionistas en un 4% a lo largo de la última década. Si se ajusta a la inflación, la tasa real de pérdidas sería del 23%.

Es tal la sobreproducciónque existe actualmente que las plataformas han empezado a cancelar programas y a reducir presupuestos mientras esperan ganar la misma cantidad o más por sus trabajos. Con los nuevos sistemas de trabajo de ‘minirooms’, las cadenas abonan lo mínimo a los guionistas por el tiempo invertido, aunque no se grabe, por lo que se produce un equilibrio salarial entre los directores ejecutivos y los guionistas de más bajo nivel.

La fusión entre plataformas consolidadas es una realidad por la que han optado grupos como Discovery+ y HBO Max, quienes anunciaron que iban a comenzar a operar de manera conjunta a partir del verano de 2023. A su vez podrían surgir fusiones con empresas del sector tecnológico para adquirir una diversidad de capital y una mayor presencia en el mercado.

La retransmisión de eventos deportivos en directo, como están haciendo plataformas de la talla de ESPN o DAZN, se ha convertido en una alternativa ideal de diversificación del capital y de apertura a nuevos y potenciales usuarios.

Saturación de contenidos

Frente a la falta de ingresos económicos se suma la saturación de contenidos. Durante la pandemia los usuarios disponían de mucho tiempo libre, pero ante la vuelta a la normalidad, genera una cierta ansiedad el hecho de que los consumidores dispongan de más de 800.000 programas entre los que elegir, es decir, un 18% más que en 2019.

No obstante, los datos de Kantar denotan que solo el 33% de los internautas españoles afirma que ve series de forma ininterrumpida con total regularidad, una cifra inferior al 61% de EEUU y al 50% de Alemania.

Todo ello comienza a hacer mella en el espectador y pone en riesgo el estallido de la burbuja del streaming. Es así como surge el concepto del FOMO, una patología psicológica que hace alusión al ‘miedo a perderse algo’, lo que implica una necesidad constante del usuario de mantenerse conectado.

Futuro aparentemente estable

Pese a todo, el sector del streaming parece que se siente aislado de todo lo que ocurre en términos económicos. Y es que se continúan produciendo series y contenidos y siguen ganando usuarios en todo el mundo. Durante 2022, el 2,7% de los hogares españoles contrató un nuevo servicio de vídeo bajo demanda, siendo Amazon Prime Video la opción preferida con un 43% de cuota. Frente a ello, el 23% de los usuarios se plantea darse de baja para ahorrar dinero.

La consultoría KPMG asegura que las plataformas de streaming se enfrentan ahora a un periodo de lento o nulo crecimiento, algo que supuestamente iba a llegar en 2027 pero que se ha adelantado. Y es que no existe actualmente espacio en el mercado para que diez proveedores cuenten con más de 100 millones de usuarios activos al mismo tiempo, de tal modo que la burbuja está comenzando a explotar y puede empezar a llevarse por delante a actores, productores y plataformas, obligadas a reinventarse ya fusionarse si quieren sobrevivir.

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