El impacto del nuevo Estatuto de Cataluña ... para mí

El impacto del nuevo Estatuto de Cataluña ... para mí
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A estas alturas del partido, todos los ciudadanos de este país tendrán una opinión más o menos forjada sobre la conveniencia o no, sobre el sentido o no, sobre la necesidad o no de un nuevo estatuto en Cataluña, el cual, debería concretarse en las próximas horas sin mayores dilaciones en las negociaciones, o como dirían algunos dirigentes del PSOE, sin mayores concesiones a los nacionalistas en las negociaciones. Y, a estas alturas del partido, me pregunto yo cuáles habrán podido ser los diferentes motivos que pueden haber tenido los ciudadanos de este país para dar un "sí" o un "no" al nuevo estatuto.

Un primer motivo está muy claro y tiene una relación directa con la afiliación política. Sin embargo, ese motivo no creo yo que sea un motivo tremendamente fundamentado, en el sentido de que siempre habrá cosas que no se apoyen por encontrarse en la oposición y siempre habra cosas que se apoyen a cambio de algún beneficio para determinada comunidad autónoma ... Un segundo motivo puede estar en el sentimiento de gusto o fobia que se sienta por lo catalán, sin ir más allá en el análisis de la propuesta que es el nuevo estatuto de Cataluña. Dicho de otra forma, ¿cuántos de los españoles que ahora mismo tienen una idea clara sobre el estatuto han sido lectores del mismo y serían capaces de argumentar su defensa o ataque? Por sí mismos, sin oir a los dirigentes políticos, alejándose del clima de crispación política y social.

No lo sé, ciertamente, no lo sé, pero intuyo que muy pocos. Sin duda alguna, es un asunto difícil, complicado. Un poliedro con múltiples caras, unas visibles y otras ocultas a menos que se gire la figura, si es posible o conveniente tal giro. O, quizás, es un asunto demasiado simple y la complejidad emana de nosotros mismos, de ellos mismos, de la clase política misma.

Escribo este post muy personal, sin referencia a ninguna noticia de ningún medio, porque siento la falta, la necesidad de que alguien me diga sin recurrir a tecnicismos el impacto que el nuevo estatuto de Cataluña tendrá, no en el estado, ni en determinadas comunidades autónomas, ni en el mercado laboral, ni en ... No, lo que quiero es algo tan simple como que alguien me explique si yo, ciudadano de a pie residente en la comunidad de Madrid, empleado por cuenta ajena, con hijos e hipoteca, voy a salir perdiendo o ganando de eso que otros están ahora negociando en sesiones maratonianas.

Hace tiempo leí en un medio de comunicación que sólo opera en Internet y con una importante vinculación con medios de comunicación próximos al principal partido de la oposición que "el nuevo estatuto propuesto por el tripartito rompe la unidad de mercado en España, es intervencionista, autárquico y limita las libertades económicas y personales de los ciudadanos." Yo, personalmente, carezco de la información y el conocimiento necesarios para determinar si eso es correcto o no, justo o exagerado. Pero, sinceramente, echo en falta en la página web de ese partido un claro apartado donde se explique el porqué de esas afirmaciones en clave personal, individual.

En concreto, ¿por qué nadie me ha explicado cómo el nuevo estatuto "limita mis libertades económicas y personales"? ¿Por qué la clase política no es capaz de aterrizar tanto concepto y tanta opinión en algo comprensible por los ciudadanos? ¿Es porque no saben? ¿Es porque no quieren? ¿Es porque no les conviene? ¿Es porque no están acostumbrados?

A mi me gustaría saber si la aprobación de ese nuevo estatuto de Cataluña significaría cosas con impacto directo en mi, como una subida de los precios de determinados productos, un incremento de de impuestos, una pérdida de poder adquisitivo, la necesidad de tener que aprender el catalán para poder tener clientes catalanes, ... Sí, ya sé que "no sólo de pan vive el hombre" y que aunque no haya variaciones en lo anterior, sí pueden existir cuestiones de fondo, de base, de naturaleza constitucional con un suficiente impacto. Pero, insisto, ¿por qué los presidentes regionales, estando más cerca de los ciudadanos y con la sensibilidad de reparto, no explican estas cosas a sus ciudadanos?

Caso concreto, yo he podido oir las siguientes palabras en boca de Esperanza Aguirre, la presidenta de mi comunidad: "El Estatut es malo para el conjunto de España porque destruye el consenso constitucional que se consiguió en la Transición". Bien, pero, ¿sería usted capaz de ir un poquito más allá y explicarme de forma clarita lo que voy a perder como madrileño si se firma ese estatuto?

Insisto, no pretendo crear con esta aportación personal una polémica y que en los próximos días se acumulen cientos de comentarios en favor o en contra del nuevo estatuto. Sólo he pretendido expresar en un medio muy personal, aunque colectivo, como es este blog sobre economía y finanzas, mi sentir como ciudadano ante una falta de información dirigida al ciudadano, y en clave de finanzas y economía. Porque este país, esta nación, más allá de ser un conjunto de comunidades autónomas y provincias con gobiernos regionales, es un colectivo de personas, de individuos con necesidades concretas. Un colectivo de personas que votamos cada cuatro años.

El próximo lunes tomaré un avión muy temprano en el aeropuerto de Barajas con destino la capital condal. Allí mantendré una reunión de trabajo con una compañía que espero poder convertir muy pronto en cliente mío. Allí me reuniré con catalanes, tomaré un café en una cafetería servido por un camarero catalán y comeré atendido por catalanes. Y, como no podía ser de otra forma, dado mi desconocimiento de la lengua, hablaré en castellano y me hablarán en castellano. ¿Por qué? Pues porque la compañía tiene una necesidad y un interés en mi producto, la cafetería quiere que yo le pague mi café y el restaurante vive de poner comidas a los clientes.

Echo un nuevo vistazo a la foto que he seleccionado, donde aparecen Artur Mas, Maragall y alguno que otro con un gesto, claramente de satisfacción, y me pregunto si es una satisfacción personal o si es la satisfacción que siente el que se alegra por el bien ajeno.

Todo esto me recuerda a aquel referendum al que fuimos convocados para votar la constitución europea y que tuvo escasa participación por parte de los ciudadanos. Quizás, porque una vez más, la clase política no es capaz de explicar, de acercar los beneficios o los inconvenientes de determinadas acciones a los ciudadanos. Y no puedo por menos que traer a mi memoria aquellas palabras de Simon Peres con las que decía que el futuro de la política se encuentra en los municipios, pues ahí es donde es más fácil conectar con el ciudadano y sus necesidades.

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