Tal y como todo el mundo vaticinaba, a partir de agosto el desempleo retorna a los valores positivios y se mantiene la destrucción de empleo que ha conseguido amortiguar levemente el plan E.
En el mes de agosto, el número de desempleados ha aumentado en 84.985 personas, con un incremento del 2,4% respecto el mes de julio situándose a final de agosto en 3.629.080 personas. Hombres y mujeres con nombres y apellidos que se encuentran haciendo cola a las puertas del INEM.
Esta cifra absorbe casi por completo las bajadas de los tres últimos meses, pero lo peor no es esto, lo peor es la que nos espera hasta finales de año. Tenemos por delante el otoño más duro en materia laboral, llegando a darse por buenos 4 millones de parados a cierre del ejercicio.
El problema del desempleo se está enquistando y estamos entrando en una tónica que nos conciencia a tener un desempleo estructural en tasas de dos dígitos. Una sociedad y un país no puede prosperar con tasas de paro de dos cifras y soy un firme defensor de la flexibilización del mercado laboral.
Antonio Más apuntó ayer algunas claves que motivan este tipo de desempleo, junto con la mentalidad que tiene casi todo el mundo que tiene un trabajo por cuenta ajena. El coste de oportunidad de cambiarse de empleo, emprender cualquier proyecto empresarial, la estabilidad económica que puede proporcionar aspirar a un empleo público…
Muchas fallas de diseño que implican que las soluciones a nuestro desempleo sean bastante complejas dado que partimos de posturas inmovilistas por todos los integrantes de la mesa del diálogo social. Esperemos que a partir de septiembre, este diálogo sea un verdadero diálogo y no un monólogo de besugos. Por el bien de todos y sobre todo por el bien de los parados.
Vía | El Pais
Imagen | no man´s land
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