Si consultamos el folleto completo de un fondo de inversión, veremos que el producto tiende a compararse frente un índice o benchmark que sirve como referencia de la cartera para tratar de rastrear el desempeño de una amplia clases de activos que se encuentran integrados.
Hay que ser muy puntilloso en esta cuestión, pues normalmente los comerciales de un fondo nos ofrecerán las rentabilidades del producto que se han obtenido en el tiempo mediante el folleto simplificado (siempre debemos exigir el folleto completo), y no esas rentabilidades comparadas con el índice de referencia.
La razón por la que debemos echar un ojo al benchmark es que los selectivos bursátiles no son administrados por ningún gestor, simplemente rastrean las rentabilidades sobre una base de compra y retención de los instrumentos financieros incorporados (acciones, bonos, materias primas,...) ni asumen una reasignación de valores que pueden ser más atractivos en diferentes ciclos de mercado o eventos de mercado.
Por lo tanto, los índices representan un enfoque de la inversión desde el punto de vista pasivo y pueden ofrecer un buen punto de referencia con el que el inversor puede comparar la rentabilidad de una cartera que esta siendo gestionada activamente con la selección de valores y reasignación de pesos intrínsecos.
Con la referencia de estos índices, el inversor pueden valorar si la gestión de la cartera está generando valor, que sucederá cuando rentabilidad de la cartera del fondo sea superior a la del índice. Por el contrario, aquellos productos financieros a carteras que no son capaces de batir a los índices bursátiles referenciados, significa que el gestor no está aportando valor con su gestión.
Si un gestor al paso de los años es incapaz de batir al índice bursátil, el inversor debería abandonar ese producto ya que tiene un coste de oportunidad claro con un detrimento de las rentabilidades.
Muchos fondos de inversión gestionados principalmente por el entorno bancario tienden a realizar una gestión indexada en varios de sus fondos de inversión. Esto significa que buscan replicar al índice con su producto e imputar sustanciales comisiones que influyen negativamente en el diferencial de rentabilidades sobre el índice.
Seguidamente mostramos el ejemplo del fondo BBVA Bolsa Euro. Este producto ofrece una rentabilidad del 20% en lo que va de año... nada mal. Con esta rentabilidad muchos estarían tentados en su contratación.
Pero si hacemos una comparativa con el índice de referencia, es un producto que ha tendido a quedarse por detrás (la gestión toma como referencia la rentabilidad del índice EURO STOXX 50 PRICE). Según los datos de Morningstar, a tres años el alfa anualizado es del 6,61 puntos porcentuales negativa.
Con estos datos, podemos concluir que la gestión aportada no genera valor y, si queremos exposición a este índice, es aconsejable fondos que aporten un alfa sostenida o dirigirse a la gestión pasiva con un ETF o fondo índice que replique el comportamiento del EURO STOXX 50.