Los fondos monetarios son fondos de inversión de renta fija que invierten en títulos de deuda caracterizados por vencimientos muy cortos y con el riesgo crediticio mínimo. Estos valores son emitidos por entidades gubernamentales o empresas que piden prestado y reembolsan el capital y sus intereses a los inversores en un breve periodo de tiempo.
Debido a las características propias de estos productos de inversión, las empresas instituciones o el global de los inversores tienden a utilizarlos para gestionar sus necesidades de efectivo a corto plazo.
De hecho, la duración media de su cartera es igual o inferior a seis meses y solo pueden invertir en activos de elevada calidad crediticia. Los monetarios a corto plazo se caracterizan porque la duración media de la cartera es igual o inferior a 60 días.
Los beneficios que presentan los fondos monetarios: fiscalidad, liquidez y control de la volatilidad
Los fondos monetarios son el producto de inversión de mayor liquidez. Debido a que los tipos de interés se encuentran en mínimos históricos, no aportan demasiada rentabilidad, por lo que su interés recae en otros puntos como son la preferencia por liquidez sin pasar por el fisco.
Imaginemos que queremos pasar pasar a liquidez un fondo de renta variable o renta fija porque valoramos que las condiciones de mercado no invitan a ser participes de este grupo de activos, si decidimos que la mejor alternativa es estar en liquidez, podríamos reembolsar las participaciones que nos lleva a tener que pasar por delante del fisco. Los fondos monetarios nos permiten situarnos prácticamente en liquidez manteniendo la ventaja fiscal y no tributar por las plusvalías adquiridas.
Siguiendo con las preferencias por la liquidez, puede darse que los elevados patrimonios no quieran depositar su dinero en las cuentas bancarias porque el principal solo está garantizado hasta 100.000 euros y, en determinados casos, la remuneración ya es negativa a través de intereses negativos y comisiones.
Los fondos monetarios también nos sirven para controlar la volatilidad de nuestra cartera de fondos de inversión. Y es que en un momento el que no deseemos incurrir en una alta volatilidad, los fondos monetarios tienden a ser un excelente refugio para cubrir esos escenarios.
Debido a estos beneficios que aportan sus inversores serán aquellos más proclives a mantener el capital y ostentan una alta aversión a la volatilidad.
Fondos monetarios en etapa de coronavirus
Con los tipos de interés a corto plazo reducidos a casi cero durante una pandemia global, algunos fondos del mercado monetario están cerrando, mientras que otros están cambiando de estrategia, renunciando a la rentabilidad y coqueteando con lo que antes era impensable: rentabilidades negativas, en los que se cobraría a los inversores por la privilegio de tener estos fondos.
La presión sobre los fondos del mercado monetario se intensificó nuevamente en marzo cuando los contagios de coronavirus se dispararon y la economía se hundió. Los clientes comenzaron a sacar efectivo, lo que generó diversas problemáticas en términos de rentabilidad, llegándose a congelar, en determinados casos, las salidas de efectivo.
Si repasamos las rentabilidades de los fondos de inversión españoles el mes de marzo de 2020 (datos de Inverco) en el que vivimos el impacto bursátil por la crisis del Covid-19, nos damos cuenta como los fondos monetarios fueron una herramienta excelente para proteger las carteras.
Nos encontramos con que la renta variable nacional euro cayó un 22,2% siendo el tipo de fondo con peor comportamiento. Los fondos de renta variable internacional Europa caían un 15,70% y los de renta variable internacional Estados Unidos un 12,30%. Muy lejos de estas rentabilidades negativas tenemos los monetarios que retrocedieron un 0,42%.
Los bancos centrales han jugado su papel. Por segunda vez en 12 años, las autoridades nacionales y los bancos centrales intervinieron en el mercado de financiación a corto plazo en la crisis del Covid-19. Las medidas de los bancos centrales adoptadas en el momento álgido de la crisis han tenido un impacto positivo innegable en los mercados, incluido el funcionamiento de segmentos específicos del mercado, pero también, de forma más general, en el sentimiento del mercado.
En algunos países como Estados Unidos, la intervención de los bancos centrales contempló el apoyo directo a los fondos monetarios, mientras que en la UE, el impacto en el sector fue indirecto. El carácter global de las medidas adoptadas, en América del Norte, Europa y Asia, fue también un elemento importante para que las medidas de apoyo de los bancos centrales.