Una vez más. El calendario de jubilación en España volverá a modificarse. También en 2026.
Y aunque el debate suele centrarse en las pensiones ya reconocidas, los mayores cambios van a afectar a quienes todavía están en activo y deberán adaptarse a un sistema cada vez más exigente con los años cotizados.
La reforma aprobada hace más de una década continúa desplegándose paso a paso, y sus efectos serán muy visibles a partir del próximo enero.
La transición hacia edades de retiro más elevadas fue diseñada para fortalecer la sostenibilidad financiera del sistema en un contexto de envejecimiento demográfico.
Ese ajuste, iniciado hace más de diez años, avanza de forma gradual: cada ejercicio se incrementan tanto los requisitos de cotización como la edad necesaria para jubilarse. En 2026 se da un nuevo salto en esa dirección, que afectará de forma distinta según la trayectoria laboral de cada persona.
Un sistema con dos edades legales de jubilación
Desde la entrada en vigor de la Ley 27/2011, España convive con dos edades ordinarias de jubilación.
La razón es sencilla: se premia a quienes acreditan trayectorias laborales extensas y se retrasa el retiro para quienes no alcanzan determinados periodos de cotización.
El modelo, recogido en la disposición transitoria séptima de la Ley General de la Seguridad Social, fija un calendario progresivo que culminará en 2027.
Para 2026, este mecanismo supondrá un cambio relevante. Quienes hayan cotizado lo suficiente mantendrán la posibilidad de retirarse a la edad anterior a la reforma. Por el contrario, quienes no alcancen ese umbral deberán trabajar más tiempo.
Esta diferenciación, que se amplía cada año, refleja el objetivo de vincular más estrechamente la edad de retiro con la vida laboral efectiva.
Cómo queda la edad de jubilación en 2026
En 2026 se consolidan dos escenarios. Las personas con trayectorias largas, es decir, quienes alcancen 38 años y tres meses cotizados, podrán retirarse a los 65 años. Sin embargo, quienes no lleguen a ese nivel deberán esperar a los 66 años y 10 meses, lo que supone dos meses más de trabajo respecto al calendario vigente en 2025.
Este desfase se amplía progresivamente y marca una diferencia significativa entre trabajadores con carreras estables y aquellos cuyas cotizaciones han sido más irregulares.
La distancia entre ambos grupos refleja además un desafío estructural: muchos ciudadanos no alcanzan las cotizaciones necesarias debido a periodos de desempleo, parcialidad o interrupciones laborales.
El impacto en quienes aspiran a jubilarse de forma anticipada
Las modificaciones en la edad ordinaria tienen efectos directos en la jubilación anticipada, ya que los adelantos permitidos dependen de ese umbral de referencia.
La normativa busca evitar que los adelantos reduzcan excesivamente la vida laboral total, por lo que los ajustes en la edad ordinaria repercuten automáticamente en la anticipada.
En 2026, la modalidad de carácter voluntario permitirá el retiro desde los 63 años para quienes hayan alcanzado los 38 años y tres meses de cotización. En cambio, quienes no cumplan ese requisito deberán esperar hasta los 64 años y diez meses.
La diferencia ilustra cómo la cotización acumulada condiciona cada vez más la flexibilidad para adelantar el retiro. La reducción máxima sigue siendo de dos años sobre la edad ordinaria.
En el caso de la jubilación anticipada involuntaria, vinculada a despidos o reestructuraciones empresariales, se mantiene un adelanto máximo de cuatro años.
Esto implica que los trabajadores con cotizaciones extensas podrán retirarse desde los 61 años, mientras que quienes no alcancen la cifra exigida deberán esperar a los 62 años y diez meses. Esta modalidad, aunque más accesible, también se ve condicionada por la evolución del calendario de reformas.
Una reforma que avanza hacia 2027
Lo que ocurrirá en 2026 no es un punto final, sino una etapa más dentro de un proceso que culminará en 2027, cuando se estabilizará la nueva arquitectura del sistema.
Ese último hito establecerá de forma definitiva la edad legal en 67 años para quienes no cumplan los requisitos de cotización y mantendrá los 65 años para quienes acrediten una carrera laboral suficientemente prolongada.
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