Dejó de gastar dinero en la universidad para conseguir la independencia financiera cuanto antes, pero descubrió que las experiencias valen mucho más a los 20 años que a los 50

Dejó de gastar dinero en la universidad para conseguir la independencia financiera cuanto antes, pero descubrió que las experiencias valen mucho más a los 20 años que a los 50
Sin comentarios
HOY SE HABLA DE

Gwen Merz descubrió el movimiento que propugnaba la independencia financiera (FIRE, por sus siglas en inglés) cuando estudiaba en la Universidad y decidió llevarla a cabo. El movimiento consiste en ahorrar suficiente dinero para que los rendimientos de los mismos permitan vivir sin trabajar.

La clave para llegar a la independencia financiera es tener una alta tasa de ahorro, que en muchos casos pueden llegar al 70 u 80% del salario. Y Merz decidió aplicarlo a rajatabla nada más empezar a trabajar.

Los resultados de ser muy estricto con el movimiento FIRE

Después de unos años Merz no se arrepintió pero desde luego se dio cuenta de que este movimiento no era para ella. Había sacrificado muchas cosas en su vida para lograr unos ahorros de 200.000 dólares y una vivienda, que si bien no están nada mal para tener menos de 30 años, no eran suficiente para retirarse y no pudo seguir con su tasa de ahorro.

El problema principal es que le costaba encontrar pareja, ya que no es tan fácil lograr encontrar a alguien que comparta los principios hasta tal extremo. Y es que se estaba perdiendo experiencias a los 20 que no iba a recuperar más tarde. Porque a los 20 hay ciertas cosas que hay que vivir que a los 50 no se van a hacer.

Llegado un momento decidió que había llegado a su momento Coast FIRE. Es decir, sus ahorros no le permiten, ni mucho menos, vivir sin trabajar. Pero sí vivir sin ahorrar, pues 200.000 dólares a los 29 años bien invertidos son suficientes para tener una buena pensión a los 65. Por tanto solo necesita un trabajo a partir de ese momento que le permita llevar su ritmo de gasto y no tiene necesidad de ahorrar más (a pesar de ello sí que lo hace, retirando cada año un 10% de lo que gana a un plan de pensiones).

Independencia financiera, un objetivo loable pero hay que cuidar el camino

De esta historia se sacan bastantes conclusiones interesantes. La primera es que tener un objetivo de ahorro está muy bien, puede proporcionar mucha seguridad, pero no hay que descuidar el camino. Si solo nos concentramos en un objetivo y se descarta el camino la vida se pasa y llegará el arrepentimiento. Sacrificar años y experiencias que no se van a recuperar no es una buena estrategia para la salud mental.

Por otro lado también se puede ver que con tasas de ahorro del 80% durante la veintena puede no ser suficiente para lograr retirarse a los 30 si los ingresos no son suficientemente altos. De hecho Merz comentaba que no lograba ascender porque limitaba su gasto mucho y no socializaba fuera del trabajo. Quizá para alguien que quiera aplicar el movimiento FIRE a rajatabla es más importante dedicar los primeros años de la carrera a socializar, hacer networking y lograr buenos sueldos que ahorrar el máximo desde el día uno.

Otra lección que se puede ver de esta historia es que tampoco es siempre necesario gastar mucho para ser feliz. Merz tuvo carencias, está claro (no lograba pareja y se perdía algunos planes) pero también hacía otro tipo de planes con amigos, hobbies no tan caros y usó su vivienda para generar ingresos que le permitieran tener una vivienda en propiedad que se autopagaba. No todo fueron sacrificios inútiles.

Temas
Inicio