La crisis no cambia los acuerdos de divorcio

 La crisis no cambia los acuerdos de divorcio
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Hace un tiempo hablamos de un financero británico que se divorció de su mujer y, como parte del acuerdo de divorcio, se acordó que el la pagaría una cantidad anual durante algunos años.

Como el acuerdo le dejaba más de la mitad de su patrimonio, cuando firmó el acuerdo, estaba encantado.

En ese momento llego el estallazo financiero y el desplome de la bolsa que llevó su patrimonio a un valor más o menos al nivel de lo que había acordado pagar a su ex-mujer.

Es decir, si tuviera que cumplir con su acuerdo, se quedaría con muy poco. Por eso denunció el acuerdo buscando conseguir que su ex-mujer comparta sus pérdidas con el.

Ella ganó la decisión, ya que el patrimonio estaba en manos del ex-marido y lo gestionó como el quería y porque el acuerdo fue firmado voluntariamente por los dos.

Ahora vemos otra situación similar con la misma decisión, aunque no el mismo resultado.

Los casos eran similares en que eran acuerdos de divorcio que se firmaron antes del estallido financiero y, con los cambios de los valores en bolsa, uno de los dos quiso renegociar y perdieron la decisión.

En este caso, el precio de las acciones de la empresa, en manos del ex-marido, se multiplicaron por cuatro y la ex-mujer decidió volver al juez para renegociar el acuerdo y llevarse mas.

Falló en su intento por la misma razón, que era un acuerdo firmado voluntariamente entre dos adultos y no se puede renegociar con las subidas y bajadas de la bolsa.

Casi todas las características son iguales con la misma conclusión y, en principio, es bueno ver consistencia en las decisiones legales.

En el primer caso, el ex-marido se quedó con los activos y con la promesa de pagar y podría haber organizado sus finanzas como quería para asegurar su patrimonio y organizar los pagos acordados. La ex-mujer no podía hacer nada excepto esperar y en el segundo caso, igual.

En los dos casos, las ex-mujeres se quedan con promesas de pago y tienen que esperar a que ex-maridos, que controlan los activos, les paguen.

Una forma de resolver esto podría ser que, en vez de recibir pagos periódicos prometidos para el futuro, las ex-mujeres podrían recibir un pago único y, con eso, tendrían la posibilidad de gestionar esas cantidades de la forma que quieran, invertirlas, ahorrarlas o lo que sea.

Seguro que alguno de nuestros lectores que saben sobre estos temas nos explicarán cómo funciona esto en España.

Vía | Times (en inglés) En El Blog Salmón | Otra víctima de la crisis, el financiero divorciado

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