La perversión ambiciosa de la socialdemocracia ¿realmente queremos éste Estado?

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Cantaba Pink Floid “Money, it’s a crime. Share it fairly but don’t take a slice of my pie. Money, so they say” y qué estrofa tan sabia y tan real. Los habituales del lugar sabéis que escribo también en Pymes y Autónomos y hace un par de días nos llegó una consulta de un lector en el que nos planteaba una situación de economía sumergida. Cito algunos extractos textuales de la consulta:

Hace un par de años, comencé un negocio en Internet cuyos ingresos están basados en la publicidad. (...) y últimamente (los ingresos) superan los 3.000€ mensuales con facilidad. (...) Darme de alta no sólo afectaría a mi economía, sino a la de mis padres también, ya que perdería el régimen de familia numerosa, y las becas de estudio de las que disfrutamos, entre otros

Situándonos, unos ingresos netos anuales entre 30.000 y 40.000 euros, no paga impuestos y los gastos de la actividad son mínimos y en su núcleo familiar gozan de toda la protección estatal posible; tales como becas al estudio de amplía cuantía, subvenciones de varios tipos y no me estrañaría incluso que algún que otro subsidio por desempleo. Obviamente, el liberalismo no es perfecto, pero tampoco quiero vivir en el estado de la ambición social de la socialdemocracia de familias que realmente no necesitan esa protección estatal y que prime más la economía sumergida que las actividades económicas ordinarias.

La ayuda social a los grupos más desfavorecidos, la cobertura del estado, la alternancia entre los sistemas públicos y privados establecidos por los marcos actuales corrompen a los propios individuos sin más remedio. Corrompen los núcleos de decisión política al tener acceso a la economía de las cuentas públicas, el dinero público se pierde por bolsillos ajenos con suma facilidad y en el caso de los ciudadanos, cada uno “roba” dentro de sus posibilidades, tal y como expongo en el caso descrito.

Evidentemente, no todos los que reciben una beca hacen un fraude, pero no es de recibo que vivamos en el pais de la subvención corrupta a un sector si y al siguiente también. Algo no funciona dentro de los esquemas de educación cívico-ciudadana cuando en este pais nuestro cada cual roba y defrauda ni más ni menos que lo que el sistema le permite. Este sistema no es el que yo quiero, ni para mí ni para las futuras generaciones.

No sé vosotros pero se requieren cambiar muchas cosas dentro de nuestra organización económica pública, entre ellas, replantear totalmente los mecanismos de protección pública y la gestión del dinero público que realizan nuestros dirigentes.

En El Blog Salmón | La cigarra proletaria, Érase una vez el gasto público, ¿Por qué no nos vamos?

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