Viviendo con dinero negro

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Tal y como os comentaba en el post en el que trataba de marcar las diferencias entre blanqueo, fraude fiscal y evasión de capitales, tengo la intención de dedicar unos cuantos posts, más o menos continuados, a este mundillo. Aún desconozco cuantos, en que lapso temporal, etc. Supongo que todo irá por sensaciones, y cuando vea que el asunto no da para más, es decir, cuando vosotros me lo hagáis saber me detendré.

Una vez aclaradas mis intenciones creo que conviene empezar por algo fundamental: cómo se vive tirando de dinero B, cuáles son las consecuencias de estar dentro de la economía sumergida. Más como polo de reflexión que con animo exhaustivo, voy a detallar algunas de las consecuencias positivas y negativas de dicho modus vivendi. Espero con impaciencia que me aportéis vuestra visión.

  • Está claro que la primera y fundamental de las ventajas de vivir con dinero negro estriba en el ahorro fiscal. No sólo es que no pagues impuestos directos, es que incluso ello te permite optar, en ocasiones a subvenciones, a tipos más reducidos en la imposición indirecta, etc. Si bien es cierto que esta claro que pagar impuestos los pagaras, también queda claro que el saldo de tu balanza fiscal lucirá mucho más.
  • Otra ventaja reseñable es que, generalmente, no dispondremos de bienes a nuestro nombre, lo que imposibilitará, si esta bien montado, que embarguen aquellos bienes que, precisamente, no poseemos (formalmente).
  • Lógicamente, tu cobertura social, tus prestaciones se van a ver dramáticamente recortadas: prestaciones por desempleo, por jubilación, etc, van a verse fuertemente reducidas, o devenir como inexistentes, en función de nuestro grado de profundización en la economía negra.
  • Ojo, que el problema no se da tan sólo en esas prestaciones tan clásicas y generalizadas. Dicha invisibilidad de nuestros ingresos nos impedirá participar en determinadas promociones de viviendas públicas, o a acceder a la famosa ayuda de los 400 euros para el alquiler, etc.
  • uno de los problemas destacables de trabajar en negro es la dificultad para acceder al crédito. Por un lado, tenemos las dificultades a la hora de documentar esa generación estable de ingresos. Por otra, la ausencia de las coberturas sociales antes citadas. En definitiva, que para los bancos somo un agujero, precisamente, negro. Frente a ello, debemos desarrollar distintas estrategias para documentar esta situación debidamente.
  • En el segundo punto indicaba una ventaja de dicho modelo de ingresos. Pero esa ventaja no viene sola, y es que tendremos que esforzarnos. No puede ser que ganes 1 al año, y que, sin recurrir al crédito, adquieras al contado año tras año bienes por valor de 3x. Deberemos tener sumo cuidado a la hora de cualquier tipo de adquisición, primando el alquile sobre la compra en cualquier opción. Eso supone una fuerte dificultad mental para algunos, que prefieren correr riesgos vía testaferros.
  • Si somos una sociedad mercantil, deberemos tener un circuito de compras y de gastos B. De no hacerlo, nuestro almacén se hinchará como un globo, se acumularán las perdidas si nos descuidamos, y podemos llegar a supuestos de fondos propios negativos contables, con las consecuencias y responsabilidades que ello implica.
  • El mantenernos al margen de la economía legal nos dificultará la posibilidad de ejercer nuestros derechos, de recurrir a acciones judiciales, bien por las consecuencias que se deriven para nosotros al poner de manifiesto nuestra evasión fiscal, bien por la dificultad de tener documentadas las pruebas que necesitamos.

Hasta aquí tan solo una pequeña muestra de lo que es caminar por el lado salvaje de la fiscalidad. Espero vuestras aportaciones o comentarios.

Vía | Periódico Diagonal
En El Blog Salmón | La economía sumergida crece, Cómo blanquear 450.000 euros sin despeinarse

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