Es bien sabido que cuando arrecian las crisis económicas, la economía sumergida crece. Y esta crisis no va a ser una excepción. En todo el mundo la economía sumergida, aquella fuera de las regulaciones e impuestos estatales, está creciendo en estos momentos. Muchas empresas y personas ven como única alternativa para su supervivencia financiera salirse del sistema: dejar de cumplir con sus obligaciones reguladoras y tributarias.
Y por supuesto España no es una excepción. Las previsiones dicen que la economía sumergida en España va a crecer desde el año pasado casi un punto, hasta situarse en el 19,5% del total de la economía. Volvemos a la senda de la última crisis, cuando en 1994 llegamos al 22,4%. Y nuestra economía sumergida crece a un ritmo mucho más rápido que en los países de la OCDE.
Pero claro, es normal. Con la destrucción de empleo que estamos viendo, algunas de estas personas desempleadas están pasando a cobrar en negro, a hacer chapuzas o directamente a seguir trabajando en sus empresas pero cobrando en sobres. Y esta tendencia seguirá igual mientras la crisis siga arreciando. Y sobretodo mientras haya destrucción de empleo. Porque cuando el desempleo disminuye también se crea un flujo desde la economía sumergida hacia la economía legal.
Lo preocupante, por tanto, es que nuestra economía sumergida crece a mayor ritmo que los países de nuestro entorno (y con esto digo no sólo Francia y Alemania, sino Italia y Grecia) y que además representa un porcentaje muy importante, sólo superados por Italia y Grecia.
¿Soluciones para salir de esta situación? Por un lado inspecciones, sobretodo para empresas que paguen en negro a sus trabajadores. Pero también por otro crear las condiciones favorables para que sea sencillo y barato declarar ingresos irregulares. Porque si para ser autónomo hay que pagar casi 300 euros de seguridad social es muy complicado que alguien se plantee hacerlo si tiene unos ingresos de 800 euros. Debería ser sencillo darse de alta, realizar el trabajo, y pagar un porcentaje para la cotización, al igual que sucede en el IRPF. No se evitará que en entornos de crisis aumente la economía sumergida, ya que la competencia frente a lo gratis es prácticamente imposible, pero si podríamos intentar bajar a niveles del 15%, como la media de la OCDE.
Vía | Público
Foto | Indigo Goat