Así ha quedado el impuesto al patrimonio en Madrid tras la guerra entre Ayuso y el gobierno central

Así ha quedado el impuesto al patrimonio en Madrid tras la guerra entre Ayuso y el gobierno central
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Ayuso vuelve a ganar la partida al Ejecutivo de Sánchez y garantiza que la Hacienda madrileña gestione directamente el impuesto al patrimonio. La medida afectará a un total de 10.302 contribuyentes de la región, esperando recaudar 555 millones de euros anuales que irán destinados a acometer nuevas bajadas fiscales.

Después de que el Tribunal Constitucional (TC) avalase el impuesto sobre las grandes fortunas, y por ende la obligatoriedad de la Comunidad de Madrid de cobrar a aquellos que tuviesen un patrimonio superior a los tres millones de euros, la presidenta ha dado un revés y el gravamen se queda en Madrid.

Cuenta con los votos de PP y PSOE, y la abstención de VOX, para sacar adelante la propuesta de Ley que permita al gobierno regional asumir la recaudación del Impuesto Temporal de Solidaridad de Grandes Fortunas (ITSGF) durante 2024. Como bien se puntualiza, se trata de una medida temporal, aplicable únicamente mientras continúe vigente el impuesto aplicado por el Gobierno central.

En resumen, los contribuyentes con un patrimonio de más de tres millones de euros no tendrán que pagar más impuestos, sino que lo recaudado irá a parar a la Comunidad de Madrid, en lugar de al Estado, como sucedía hasta la fecha.

De este modo, un madrileño con 40 millones de euros de base imponible en Patrimonio, con una base imponible en el IRPF de cinco millones de euros, y que abone unos 2,25 millones de euros en su declaración de la Renta, deberá abonar 230.000 euros en el ITSGF. No obstante, las personas que no se viesen afectadas por el nuevo impuesto seguirán sin pagar Patrimonio.

El golpe de efecto de Ayuso

A partir de ahora, Ayuso podría utilizar todos estos ingresos extraordinarios procedentes del impuesto al patrimonio en Madrid para aplicar una rebaja generalizada del IRPF sin precedentes. Además, podría motivar una reforma del impuesto que eliminase determinados tramos.

De este modo, se podría adoptar una deducción autonómica del IRPF para las rentas más altas. Solo actuaría sobre los rendimientos del trabajo, las actividades económicas y el ahorro, por lo que aliviaría el pago extra de las grandes fortunas, aunque no al 100% de éstas.

El Gobierno de Ayuso no descarta compensar esta situación con otros tributos, aplicando bonificaciones en Sucesiones y Donaciones o el impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) o Actos Jurídicos Documentados (AJD).

Esto se suma también a la deducción del IRPF para inversores extranjeros, con la que se contrarresta el impuesto a las grandes fortunas del Gobierno central. Los nuevos contribuyentes podrán desgravarse el 20% del total del capital destinado a activos financieros y a la adquisición de la vivienda habitual si los mantuviesen durante los seis ejercicios venideros. El coste de la media será de unos 100 millones de euros.

Las rentas más elevadas de la Comunidad de Madrid no se verán satisfechas con la reinstauración de un impuesto del patrimonio que, inicialmente, era temporal. Pese a todo, se consigue acabar con el hambre recaudatorio de Hacienda, a costa de reducir el talento y la inversión y de agotar al contribuyente.

Un revés para el Gobierno

Todo esto ocurre en un contexto en el que el Ejecutivo central se prepara para mantener los gravámenes temporales a la banca, las energéticas, las grandes fortunas o el tipo mínimo del 15% del Impuesto de Sociedades. Para el Ejecutivo central supone un auténtico varapalo, ya que el 90% de la recaudación procedente del cobro del gravamen es de la Comunidad de Madrid.

El Gobierno se ve obligado a cumplir con el Plan Presupuestario marcado por la Comisión Europea, aunque asegura que las rebajas fiscales aplicadas por varias regiones podrían provocar un impacto sin precedentes en el déficit público. La pérdida de ingresos para 2024 se cifra en unos 1.728 millones de euros, triplicando la merma de 613,3 millones con los que se esperan cerrar el presente curso.

Además, el Ministerio de Hacienda recalca que las bonificaciones y reducciones de los gravámenes gestionados por las comunidades autónomas restarán 2.050 millones de euros a la partida de ingresos en 2024.

Hay que tener en cuenta también la ralentización del ritmo de recaudación de los impuestos capitales. Los ingresos netos por Sociedades bajaron entre enero y septiembre de 2023 en un 11,1%, mientras que la recaudación por el IVA cayó en octubre un 1,6% con respecto al mismo periodo de 2022. Pero con el impuesto a las energéticas se espera aportar una partida presupuestaria de 2.400 millones de euros.

Nueva deflactación del IRPF

Al margen de lo comentado, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se hará aplicando una deflactación del 3,1%, lo que se corresponde con la subida media del IPC durante los ocho primeros meses del año. Se establecerá en todos los tramos, al mínimo personal y familiar, las deducciones vigentes y el límite de renta. Se verán afectados 3,5 millones de habitantes y se obtendrá un ahorro de 153 millones de euros para los contribuyentes, que sumados a la deflactación de 2022, supondrán 350 millones de euros en total.

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