El Ejecutivo de Sánchez sigue dando muestras de despreocupación por los verdaderos intereses de la sociedad, como son la educación y la sanidad. El polémico fichaje de Broncano por TVE, por más de 14 millones de euros por temporada, así como el gasto en pinganillos traductores en el Congreso por más de 50.000 euros, pone el foco sobre la política de actuación del gobierno socialista. ¿Se invierte en lo realmente importante?
Las comparativas son odiosas. Y buena prueba de ello es que el gasto presupuestado en Sanidad por los Presupuestos Generales del Estado se situó en 7.049 millones de euros para 2023, un 29,72% más que en el año anterior. Aún así, una cifra inferior a la que se habla por el posible fichaje de David Broncano.
El fichaje del presentador vendría a ser una respuesta de TVE por intentar relanzar su parrilla televisiva y competir contra ‘El Hormiguero’, programa líder del prime time de lunes a jueves y, en cuya tertulia política, se arremete en más de una ocasión contra el Gobierno.
Detalles y consecuencias del caso ‘Broncano’
El fichaje de Broncano se ha convertido prácticamente en un asunto de Estado. Hasta tal punto que la presidenta de TVE, Elena Sánchez, presentó su dimisión justo después de que se ejecutase la destitución de José Pablo López (director de contenidos). Estos ceses se producen después de reuniones mantenidas a primeros de marzo para debatir sobre el acuerdo con ‘El Terrat’ (Mediapro) para que ‘La Resistencia’ se emitiese durante tres años en la cadena pública por 87.000 euros por programa.
Ahora, la nueva presidenta, Concepción Cascajosa, se enfrenta a esta decisión crucial, lo que se traduce en un contrato de 28 millones de euros por dos temporadas (de septiembre de 2024 a julio de 2026). El reparto de costes que baraja TVE es de 14.076.135,31 euros más IVA por cada temporada (87.975,85 euros más IVA de media por capítulo emitido).
Pese al blindaje de TVE a Broncano, desde la cadena guardan la posibilidad de resolver el contrato durante la segunda temporada en caso de no alcanzar los datos de audiencia, que son de 7,5% de cuota de pantalla en prime-time.
¿Cuánto cuesta mantener las televisiones públicas?
En el caso de TVE, su coste ha subido en torno al 20% para cada español, abonando de media cada habitante cerca de 26 euros (25,67 euros). En 2021 contó con una dotación de 443 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado, superando los 378 millones de 2020 y los 293 del 2015.
Las diferentes administraciones españolas han inyectado a las radio-televisiones autonómicas en 2022 un total de 923,4 millones de euros, superando los 902,6 millones de euros de 2021, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y las Comunicaciones.
La más cara fue TVE 3, que recibió una aportación de 284 millones de euros, superando los 262,2 millones que obtuvo en 2021. De hecho, la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) es el grupo público autonómico que dispone de un mayor presupuesto, con 185 millones de euros en 2022 destinados al pago de su personal.
Pese a todo, la radio-televisión regional más costosa por habitante es la EiTB, con 64,8 euros por cada vasco. Después encontramos la TVG gallega (38,5 euros), Aragón TV (con 37 euros) y la CCMA (con 34,4 euros). En el lado opuesto figura la RTVCyL de Castilla y León con 8,5 euros. No obstante, en 2023 la subvención subió a 20,2 millones de euros. El caso de la valenciana À Punt no se queda atrás, pues en 2024 ha subido su presupuesto hasta los 84,4 millones de euros.
¿Se gasta en lo realmente importante?
Según datos del Ministerio de Sanidad, el gasto por cada español es de 2001 euros. En total se destinan 94.964 millones de euros(el 7,8% del PIB). Con respecto a la educación, el gasto público en el año 2022 fue de 63.380,5 millones de euros, lo que supuso un aumento del 6% respecto al año 2021.
Sin embargo, en lugar de seguir apostando por estos dos pilares esenciales, en manos su gestión de cada comunidad autónoma, el Gobierno ha preferido destinar una importante partida presupuestaria a finales de año a la compra de pinganillos para el Congreso. De este modo, traducir a los diputados que hablan en euskera, catalán y gallego en el hemiciclo cuesta más de 50.000 euros; 53.500 euros. Esto se desglosa en 7.600 para la compra de 450 auriculares y 45.900 euros para alquilar los dispositivos de recepción o petacas.
No obstante, barajan un presupuesto final que no podrá superar los 280.000 euros, siendo el máximo presupuestado para costear esta actividad de 217.800 euros (un máximo de 15.000 euros para cada uno de los 12 intérpretes más IVA). La exigencia de Puigdemont le cuesta a la Cámara Baja unos 726 euros (IVA incluido) por intérprete.
El Congreso sigue sometido a la parálisis del bloqueo político, a la par que se sigue invirtiendo en cuestiones que no ayudan a mejorar la calidad de vida de los españoles, sometidos a una elevada inflación y tipos de interés disparados. Así pues, parece que al Gobierno de Sánchez le sigue preocupando más que TVE transmita un mensaje oficial y que lidere la televisión, además de los gastos en personal parlamentario, en lugar de destinar más a las partidas de sanidad y educación.