Cómo emanciparte antes de los 30 y no morir (económicamente) en el intento

Cómo emanciparte antes de los 30 y no morir (económicamente) en el intento
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Hace unos años, ya bastantes si lo pensamos fríamente, la mayoría de jóvenes se independizaba a partir de la veintena. Lo normal era llegar a los 30 con una casa en propiedad (o pagando hipoteca), totalmente independiente, con hijos, familia, etc.

Pero las cosas han cambiado mucho, y pocos son los que hoy en día gozan de esa solvencia a los 30 años. En enero de este año, de hecho, había como medio millón de españoles menores de 30 años en paro, con lo que el propósito de estar independiente a esa edad es bastante complicado.

Ahora más incluso, pues la inflación ha puesto en jaque a todas las personas, sobre todo a las más vulnerables, y los jóvenes, nos guste o no, están en ese colectivo.

Por lo tanto, si estás en la veintena y lo ves todo muy negro, no te preocupes. Vamos a darte una serie de consejos para que, si lo haces bien, puedas emanciparte antes de los 30. O a los 30, que tampoco está mal.

Un plan para abandonar el nido

Es normal que llegada cierta edad uno tenga ganas de tener su espacio, su independencia, intimidad... pero la vida no está fácil. Los jóvenes españoles sufren una precariedad que no se ve en el resto de la UE, a la que se suma un complicadísimo acceso a la vivienda y unas condiciones laborales que dejan mucho que desear, pero hay maneras para poder abandonar el hogar paterno antes de que salgan canas.

En primer lugar: ahorrando. Sí, suena a tópico, pero es la única forma. Hay que plantearse desde muy pronto un hábito de ahorro. Justo viviendo con los padres es más fácil ahorrar que cuando se tienen que pagar recibos, alquileres y demás, por lo que es muy importante aprovechar los años en casa para ahorrar lo máximo posible.

Si tienes una nómina, intenta ahorrar al menos el 50% cada mes, una cantidad más que suficiente para poder ir haciendo una hucha de cara a la emancipación. Es importante que sea una cifra fija cada mes. Si no es la mitad, al menos el 40%. De esa forma, se pueden cubrir de sobra los gastos personales y ahorrar sin que sea un sacrificio.

Para ello, ahora es buen momento de abrir una cuenta de ahorro o un depósito, porque, aunque sea poco, con la subida de tipos vuelven a bonificar, por lo que cuando se quiera recuperar dentro de unos años, puede que haya algo de rentabilidad.

Otra idea, si se quiere agrandar esos ahorros, es buscar opciones de inversión, aunque ahora la cosa está muy revuelta. Si es el caso, se pueden optar por los valores refugio típicos: materias primas, oro, los Blue chips...pero sin buscar el pelotazo rápido, sino a largo plazo, pensando en el futuro. Eso elimina la opción bitcoin, que ya sabemos cómo está el tema.

En el caso de que no se disponga de un trabajo fijo, intenta conseguir trabajos esporádicos que te aporten una suma considerable. Por ejemplo, ahora en temporada de verano se necesitan muchos camareros en zonas de costa, personal en los hoteles, socorristas, dependientes... Son trabajos en algunos casos que se suelen pagar bien, aunque se echen bastantes horas, por lo que es momento para aprovechar y sacar una buena cantidad. Igual sucede con las temporadas de Navidad o rebajas. Hay portales de empleo temporal que te pueden ayudar a buscar un trabajo de este tipo con el que ir sacando dinero.

El objetivo es ahorrar lo máximo posible. Porque la vivienda ya sabemos cómo está, entonces hay que ir trazando el plan para ver cuánto vas a necesitar para poder comprar o alquilar tu propia casa. En el caso de la compra, si es en las grandes ciudades, está muy complicado, sobre todo por falta de stock, lo que encarece el precio de lo que queda disponible.

Vas a tener que ahorrar mucho para la entrada, por lo que ve mirando qué tipo de casa y zona quieres e infórmate de precios, para así poder establecer tu objetivo de ahorro. En cuanto al alquiler, ahora está muy alto, pero quizá para cuando quieras independizarte haya bajado (es lo deseable), así que también conviene ir haciendo hucha para la fianza y demás garantías que se pidan. Suelen ser, en las grandes ciudades, dos o tres meses de fianza.

A parte del ahorro, que es lo básico, hay que pensar qué tipo de vida quieres hacer. El lugar, el tipo de trabajo y demás. Es importante visualizar un plan de futuro que te permita ir dando pasos certeros hacia esa independencia.

Por ejemplo, ir buscando trabajo en el lugar donde quieras vivir y en el sector en el que quieras trabajar, estudiar el mercado de vivienda, el coste de la vida allí... También si vas a independizarte con pareja, amigos o en solitario, porque eso va a determinar también el nivel de gasto que tengas.

Lo básico es ponerse las pilas pronto, tener un hábito de ahorro bueno adquirido en la adolescencia, apretar en la veintena aprovechando que al vivir con los padres se tienen menos gastos, y trazar un plan y unos objetivos. Buscando siempre con calma para poder tener buenas opciones y no acabar yendo a lo más caro.

Recortar gastos con 20 años es más fácil que con 30 y puede ser tu pasaporte a la emancipación ansiada.

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