Desde que en mayo de 2010 el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, compareciera para hacer el primer programa de recortes hasta hoy no hemos dejado de oír hablar de déficit y ajustes. Es esa la única medida que las administraciones están poniendo sobre la mesa. Y como se ha venido demostrando, una y otra vez, la tijera a pleno rendimiento sin pensar en políticas de estímulo de la economía se convierte en un círculo vicioso: recortes que llevan a bajada de la actividad y que desembocan en menos ingresos y, por tanto, en más déficit. Ahora, el Ejecutivo de Rajoy vuelve a poner en marcha ese círculo llevando al límite la austeridad.
El pasado viernes, el Gobierno anunció mediante una nota de prensa (Rajoy compareció ante los medios sin hacer mención) el plan presupuestario hasta 2014 con unos recortes totales que superan la barrera psicológica de los 100.000 millones de euros, es decir un 10% del PIB español. No sólo se mantendrán los recortes en el empleo público con una congelación de la oferta, como nos comentaba Aurelio, sino también en otras muchas áreas. Este vuelve a tener algo en común con el resto de ‘tijeretazos’: no se habla ni de empleo, ni de reactivación, ni de estímulos.
Sería estúpido pensar que España tiene libertad total para afrontar la política económica de estos próximos años, al estar en manos de los que nos deben prestar dinero. Sin embargo, nuestro país debe ejercer también presión y hacer valer su posición como cuarta economía de la zona euro para lograr algo más de oxígeno que nos permita introducir en el debate y en las medidas el empleo y la reactivación económica.
Hay dos datos conocidos en los últimos días que hablan por sí solos:
- El alza del IRPF aporta hasta junio un 74% menos de lo previsto
- La recaudación del IVA bajó más de un 20% en cuatro comunidades
En El Blog Salmón | España en recesión de nuevo ¿y si nos obsesionamos con el empleo en lugar del déficit?, La austeridad y los recortes crearán mas desempleo: entramos a un colapso en gran escala
Imagen | Josep Ma Rossell