Pescanova demuestra el pésimo control de las cotizadas en España

Pescanova demuestra el pésimo control de las cotizadas en España
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El escándalo de Pescanova no hace más que crecer. Si tras descubrirse que las cuentas no eran las que decían ser (incluso la deuda de la entidad era el doble de lo reportado) el escándalo ya era mayúsculo, ahora que se ha descubierto que su presidente vendió acciones antes de la empresa (y no pocas, en total hablamos de más de 30 millones de euros) antes de que se descubrieran los problemas y se suspendiera la cotización, estamos ante un grave problema de credibilidad de nuestras instituciones.

Una empresa cotizada debe proporcionar información contable auditada. Para atraer a inversores los mercados deben ser muy transparentes. No es lógico que una empresa como Pescanova logre ocultar de sus cuentas deuda y problemas financieros sin que pase nada hasta que tienen que declarar preconcurso de acreedores porque no pueden pagar sus facturas.

Esto es un problema porque muchos inversores internacionales se preguntan: ¿cuántas empresas españolas cotizadas están mintiendo? ¿Cuántas empresas españolas cotizadas parece que van bien y en realidad están en quiebra? El dinero huye ante estas situaciones. Y dinero, capital, es lo que necesitan muchas empresas, en lugar de deuda como en la última década.

Esperemos que al menos su presidente, Manuel Fernández de Sousa, sufra las consecuencias legales de sus actos. Pues no es una empresa la que va a caer, sino la credibilidad de las instituciones. Aunque la culpa de esto último sea compartida con la de las propias instituciones que deben vigilar que esto no suceda.

En El Blog Salmón | Pescanova: lo que pudo ser y no fue para Galicia Imagen | Elwillo

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