El que fuera presidente ejectutivo de HP, antes de dimitir por un escándalo de acoso sexual, Mark Hurd, ha sido contratado por Oracle para formar parte de su consejo de administración. Hecho que ha confirmado que a los directivos se les valora más por el talento que por los valores que trasmiten a la organización a la que pertenecen.
Según palabras de Larry Ellison de Oracle:
Mark ha hecho un trabajo brillante en HP y espero que sea mejor en Oracle. No hay líder en el mundo de la tecnología de la información con una experiencia más útil que él.
Además el propio Larry criticó a HP por la mala decisión que tomó al permitir su marcha. Comparándolo incluso con los vaivenes en los que se vio envuelto Steve Jobs en la cúpula directiva de Apple. Como indica Bloomberg, Hurd y Larry son amigos, por lo que es posible que el rescate efectuado por Oracle sea cosecuencia de un ‘favor personal’. Pero al margen de todo esto, la palabra directivo está perdiendo su esencia.
Claro está que el talento ha de ser el principal activo de un directivo, porque este deberá afrontar las decisiones más sesudas y que requieran mayor responsabilidad y complejidad dentro de la organización. Pero además de lo anterior, debería ser un ejemplo a seguir por parte de sus subordinados.
Este tipo de acontecimientos, bien es cierto que se han producido desde tiempo ancestrales. Pero en los últimos años, debido a la crisis económica, este tipo de actitudes, comportamientos y modelo relacional, han crecido de manera exponencial. En mi opinión, el que un directivo no transmita valores favorables para la organización, conllevan a una mala gestión. Qué piensan ustedes, ¿debemos valorar las buenas ‘actitudes’ en la gestión empresarial, o son totalmente irrelevantes?
Vía | Bloomberg (en inglés)
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