El jefe del banco central de China ha dado la señal de que China está lista para abandonar la paridad del yuan al dólar. Pero advirtió que el proceso sería gradual. En la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional Legislativa en Beijing, Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China, señaló que los días del yuan barato están contados. Y describió la paridad con el billete verde como la respuesta temporal para enfrentar una crisis financiera mundial. El yuan chino está fijado en una relación de 6,83 yuanes por dólar desde julio de 2008.
Este ha sido el clamor de muchos economistas y países que esperan que China permita la apreciación gradual del yuan otorgando una mayor competitividad a los productos del resto del mundo. La fijación del yuan al dólar ha sido una medida exitosa para enfrentar la tormenta financiera. Pero ya es hora de que China libere su moneda sin temores a perder su estabilidad básica. El crecimiento en el cuarto trimestre del año pasado alcanzó el 10,7% y hay temores sobre un recalentamiento de la economía China.
La política monetaria de China ha sido objeto de intenso debate, especialmente en los EE.UU. y Europa, quienes acusan a China de mantener el yuan artificialmente bajo para promover un auge de sus exportaciones. Una moneda artificialmente baja, hace que los bienes y servicios de un país se hagan más competitivos, dejando a los demás exportadores en desventaja. Se piensa que China debe permitir una apreciación del yuan en 5%.
En las últimas semanas el presidente Obama ha sido una pieza clave en plantear los problemas de la moneda China: “China y sus políticas monetarias constituyen un obstáculo para el reequilibrio de la economía mundial que es necesario recuperar”,
El valor relativo del dólar es importante para China, dado que es el acreedor más grande que tiene Estados Unidos, con 894.000 millones de dólares en bonos del Tesoro, y dos tercios de sus reservas totales en dólares. Cuando China abandone la paridad, deberá gestionar su estrategia de política monetaria con cuidado. Si el banco central permite una apreciación gradual de su moneda, los especuladores podrían ingresar fondos para apostar a una mayor apreciación, lo que daría un duro golpe al sector manufacturero. Un sector que se ha beneficiado con el yuan barato, pero que al mismo tiempo es el que genera empleo y el que mueve a toda la nación.
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Imagen | David Dennis