La medida estrella del gobierno para bajar el precio de la vivienda es un desastre: sabemos que la hace más cara

La medida estrella del gobierno para bajar el precio de la vivienda es un desastre: sabemos que la hace más cara
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El Gobierno ha anunciado una nueva medida para que los jóvenes puedan acceder a una nueva vivienda. Se trata de avales del ICO para que los jóvenes puedan hacer frente a la entrada del 20%. Para ello destinará 2.500 millones de euros.

Sin embargo la experiencia nos dice que este tipo de ayudas no sirve para nada. Es más, son peligrosas porque los avales parecen gratis pero no lo son, pues el Estado está asumiendo un riesgo que debería tener el banco o los futuros propietarios.

Los avales siempre son una mala idea

El primer error de esta medida es pensar que con avales todo sale gratis. Pero en realidad el Estado está asumiendo un riesgo impredecible. Si los bancos quieren que los futuros propietarios den una entrada es para cubrir un riesgo, algo que estará asumiendo el Estado.

Además tenemos la experiencia de la crisis bancaria de 2007, cuando el Estado emitió avales que más tarde supusieron pérdidas para el Estado. A corto plazo los avales suenan bien, pues no compromete dinero, pero a la larga puede convertirse en una pérdida.

Cuando el Estado invierte un dinero, al menos tiene una infraestructura. Pero en este caso si lo pierde será para compensar a los bancos. Los propietarios se habrán quedado sin vivienda y el Estado sin dinero. Los bancos tampoco estarán contentos porque tendrán una pequeña compensación pero tendrán una vivienda en su cartera, cosa que no es su objetivo.

Las medidas que fomentan la demanda suben los precios

El segundo problema, y más grave, es que esta medida intenta luchar contra un problema, el alto precio de la vivienda, estimulando la demanda. Y todos sabemos que cuando un mercado está tensionado lo último que hay que hacer es estimular la demanda. Los precios subirán más aún.

Es más, tenemos experiencias previas en este sentido. En el Reino Unido se dieron ayudas públicas para la contratación de hipotecas y las conclusiones fueron demoledoras: subieron los precios, no hubo más oferta y los mayores beneficiados fueron los promotores.

El problema es el de siempre: hay poca construcción

Ya lo hemos comentado por aquí. El problema de los precios de la vivienda es que hay poca oferta y no hay que tocar la demanda con ayudas sino lograr que se construya más, sobre todo en las zonas más tensionadas.

Desde la crisis inmobiliaria de 2007 en España se construye muy poco. Tan poco que llevamos muchos años en el que el número de hogares aumenta a mayor ritmo que el parque de viviendas.

Urge, por tanto, aumentar la construcción, tanto privada como pública. Esa sí que sería una vía para reducir los precios, dedicar esos miles de millones en nuevas viviendas y facilitar la construcción en lugar de a avalar a gente que quiera comprar una vivienda.

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