El Gobierno odia a las ONG: les exige corresponsabilidad financiera y justificación de la inversión por adelantado

El Gobierno odia a las ONG: les exige corresponsabilidad financiera y justificación de la inversión por adelantado
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Os lo juro que soy un apasionado y ferviente defensor del Tercer Sector. Pero cuando veo en que se está convirtiendo, me pasa como a Ortega y Gasset con la II República: no era esto, no era esto. No puedo evitar sentirme desilusionado cuando veo que el mundo de las ONG anda revuelto a cuenta de la reforma legislativa en materia de subvenciones.

Algunos (algunas) tiran del discurso intestinal: el Gobierno nos odia. Denuncian una conspiración entre el Gobierno y la malvada alianza capitalista (una suerte de Spectra bondiana) para endeudar a las ONG, a unas pocas, y acabar con el resto como una suerte de cepa de virus letal. El caso es que miro a Mariano y a su equipo y me quedaría más tranquilo pensando que tienen esa capacidad para el mal, ya que al menos tendrían capacidad para algo, pero es que no me lo creo.

¿Qué reformas en materia de subvenciones a las ONG se están preparando?

Para ir directamente al grano os recomiendo la lectura de estos dos artículos, nada sospechosas de formar parte de esas conspiración judeomasónica para acabar con la alianza de los seres de luz. A grandes rasgos recogen los principales castigos que se están cocinando en el proyecto legislativo:

  • Exigir una cofinanciación del orden del 25%: las subvenciones llegarían hasta el 75%, debiendo aportar un 25% de fondos propios o privados.
  • Abonar la subvención tras la justificación de las inversiones realizadas.
  • La eliminación, en gran medida, de las subvenciones directas (es decir, de las no vinculadas a proyectos concretos).

Por supuesto, hay otras quejas, como el que no se marque un plazo fijo para el abono de la subvención, el control en temas de subcontratación, etc., pero el dedo en la llaga lo meten las tres descritas.

Si trabajáis en empresas privadas, y habéis tenido que lidiar con las subvenciones, supongo que os sorprenderá la piel tan sensible que está demostrando el Tercer Sector. Vamos, que no os suenan a nuevas estas condiciones, que en gran medida son las que se vienen aplicando al sector privado. Pero es que, como dicen las ONG, ellos son distintos, el sector es distinto. The Special One, que diría Mourinho.

Gobierno, dame dinero y llámame ONG

Detrás de las quejas de la ONG subyace una realidad. La inmensa mayoría de las mismas no tienen una estructura financiera sólida. Es más, la inmensa mayoría no tienen estructura financiera, viviendo permanentemente adosadas a los presupuestos públicos. Entre nosotros, me parece de una irresponsabilidad absoluta el defender el mantenimiento de organizaciones infracapitalizadas, ya sean charcuterías, clubs de fútbol o misiones religiosas o laicas.

Los gastos de estructura de esas organizaciones se cubren en buena medida, y eso lo sabe cualquiera que haya colaborado con ellas, detrayendo de las subvenciones recibidas partidas para gastos generales, gastos generales que van mucho más allá del proyecto subvencionado y que forman parte del día a día de la empresa. Una realidad, una tecnoestructura, con su propia agenda.

Medidas como la de la cofinanciación (ese 25% es revelador, y el que quiera entender que entienda) o a la eliminación de las subvenciones directas huelen a que, ademas de corresponderse con las dificultades presupuestarias, se quiere que las organizaciones se busquen la vida para mantener sus gastos de estructura, sus empleados, sus costes fijos, dejando las subvenciones públicas reservadas al meollo del proyecto, a los verdaderos destinatarios del mismo.

Es sorprendente como muchos encuentran más cómodo el tirar del prepuesto público que pedir fondos a la ciudadanía afín (¿les suena el crowdfunding, el fundraising, etc?). De colaborar con la empresa privada no hablemos, vade retro, ya no por las lógicas precauciones, es que se trata de arrimarse al malo oficial de la película (y aquí sí se podría echar en cara una verdadero apoyo al mecenazgo en España en materia legislativa).

Controles para todos. Menos para mi.

Por otro lado, me deja perplejo el corro de quejas a cuenta de recibir la subvención una vez se haya justificado la inversión en el proyecto dotado. Un negocio para la banca, que se estará relamiendo, según ellos mismos. Viva el mal, viva el capital, que diría la bruja Avería.

Digo yo que es sorprendente teniendo en cuenta que es un clamor general la necesidad de un mayor control del uso del dinero público. Y que mayor control que la justificación de la inversión realizada, de que realmente se ha empleado el dinero en los fines para los que se aprobó la subvención.

Dicho esto, no creo que obliguen a ninguna ONG a solicitar anticipos o lineas de crédito a la banca para financiarse. Vamos, que pueden tirar con fondos propios. Aún más, los propios defensores de este Eldorado financiero son conscientes de que no es tal (si no tienes estructura financiera, difícilmente te van a prestar):

Se pretende, por una parte, hacer de las ONG un nuevo nicho de negocio para el capital financiero, que se endeuden. Aunque estas organizaciones no tengan ánimo de lucro, eso no quiere decir que los bancos no puedan lucrarse con ellas, habrá pensado la lumbrera del PP correspondiente. Por supuesto que endeudarse sólo podrán hacerlo las grandes; todas las pequeñas y la mayoría de las medianas van a desaparecer.

Lo dicho, que el chollo financiero con el que asustan tiene un recorrido corto, así que mejor acusar directamente con que estos van a por las ONG.

Confundiendo los medios con los fines

Frente a esta suerte de mortalidad anunciada de buena parte del ecosistema de la ONG y de los motivos que se barruntan para ello (las causas del odio gubernamental), uno detecta una nula capacidad autocrítica:

  • ¿Qué es mejor, una miríada de grupúsculos sin ninguna capacidad autónoma o una realidad más reducida de organizaciones de mayor dimensión, más estables, y con viabilidad real?. Para mí, visto lo visto, menos es más
  • ¿Cómo se sirven mejor los intereses que el Tercer Sector defiende?
  • ¿La reforma de las subvenciones, va a afectar a esos intereses que dicen defender las ONG o a los intereses de las propias ONG?
  • ¿Cuál es el grado de autorregulación, de autodepuración del sector respecto de las practicas irregulares en su entorno?
  • ¿Cómo se gana más legitimidad, financiándose a través de un dinero extraído coactivamente por la vía fiscal o mediante la colaboración voluntaria de aquellos que apoyen sus causas?

Qué tiempos aquellos en que muchos eran los llamados, y muchos los elegidos, para beber del inagotable río de dinero público.

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