La triste realidad de las subvenciones

La triste realidad de las subvenciones
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Escribe Jesús Encinar, CEO de Idealista, acerca de esa relación de pareja tan difícil entre emprendedores y subvenciones. En su posts, y en el de los comentarios de sus lectores, se adivina una realidad dura, muy dura, donde las subvenciones funcionan sobre todo como un puro escaparate para los políticos sin un trasfondo real. A estos efectos, decía el manual propagandístico soviético que cuando se concediese ayuda económica a un país aliado, debían hacerse tres comunicados de prensa. Uno anunciando que se iba a conceder la ayuda, otra diciendo que se concede la ayuda, y otro que se había concedido. Vamos, que un rublo acababan pareciendo 3.

En todo caso, y en relación con este mundo de las subvenciones a emprendedores, que dada su complejidad, ha visto nacer incluso empresas especializadas en la busqueda y gestión de subvenciones, (por cierto, que mal suena éso último), a alguien con una óptica liberal de la vida y de la economía le deja un poco perplejo: * Me resulta curioso cuanto empresario reclama las subvenciones como sustanciales para su proyecto empresarial. Esa figura del empresario subsidiado me resulta un tanto incoherente. Lo que debería exigir el emprendedor no son dadivas, ni ayudas, ni...debería exigir que las Arcas Públicas no pretendan imponer su voracidad desde un primer momento, cuando aún no se han generado más que perdidas. Eliminado en gran medida el IAE gracias al PP, deberían reclamar por un tratamiento fiscal más beneficios en la constitución de nuevas empresas y en la aportación de activos a las mismas. Sencillamente que no pidan dinero público, que se limiten, que ya es mucho, a reclamar que el Estado no les meta la mano en el bolsillo nada más ocurrírseles la idea. * Por otro lado conozco muchos emprendedores que terminan acomodando su idea a la subvención. Los resultados suelen ser nefastos. Aunque claro, muchos de estos emprendedores no son tales, si no meros caza subvenciones, en cuyo caso la pervivencia del negocio es secundaria. Por cierto, algunos, para justificar la aportación de fondos propios que no hacen, hinchan las facturas, sin recordar que antes o después de abonar la subvención la Administración les va a pedir justificantes de los medios de pago, y eso ya es más difícil de justificar. * Me asombra la cantidad de funcionarios, consultores en nomina, persona asalariado en una palabra, que trabaja en ese mogollón de entes administrativos o semipúblicos fomentando la iniciativa empresarial. ¿Predican con el ejemplo? En mi modesta opinión, su mejor contribución a la iniciativa empresarial seria su desaparición. Dejarían de ser un mal ejemplo, supondría un considerable ahorro a las arcas fiscales y podrían rebajar los impuestos a los empresarios de verdad, y dejarían de competir con los asesores de empresa profesionales. * ¿Nadie se da cuenta de que a traves de esas subvenciones muchos cobran favores políticos? ¿Nadie percibe que muchas de esas empresas son inviables sin las mismas? Resulta curiosa la postura del PP, partido liberal, al respecto.

¿Soy muy radical?

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Foto por Iometria

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