Aunque el FMI lo niegue, el mundo entró en una guerra de divisas

Aunque el FMI lo niegue, el mundo entró en una guerra de divisas
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Mientras Estados Unidos amenaza a China con serias sanciones comerciales para que revalúe el yuan, Japón libra una batalla desesperada para debilitar su yen, que se ha fortalecido sorpresivamente. Ahora, Brasil lo intenta con el real, y su ministro de Finanzas, Guido Mantega ha señalado que aplicará todo un arsenal de medidas para evitar la apreciación de su moneda. Sólo Europa recibe con buenos ojos la apreciación del euro. La misma moneda que a principios de año era víctima de los desenfrenados ataques de los especuladores. Recordemos que hasta Paul Krugman encontraba que el euro era "una moneda lejana".

La crisis que se agudiza al interior de los Estados Unidos ha llevado al dólar a devaluarse en forma desmedida. Y aunque el FMI niegue la existencia de una "guerra de divisas", las escaramuzas ya se han iniciado en este nuevo frente de batalla. El euro se cotiza a 1,3555 dólares demostrando la fortaleza de una moneda que tiene una clara ventaja frente a la divisa internacional: no está corrompida como el billete verde y ha tenido una historia más ordenada aunque, por cierto, no exenta de dificultades. Todo esto, sin embargo el FMI prefiere ignorarlo y señalar que “No, que no hay en lo absoluto una guerra de divisas”, como expresó ayer Dominique Strauss-Kahn, aunque reconoció que éste será el tema central en ls próxima G20 que se realizará en Corea del Sur.

A China, Japón y Brasil se suman otros países: Desde comienzos de septiembre, Colombia también ha comprado grandes cantidades de dólares para frenar el aumento de su peso. La moneda colombiana se ha apreciado en más del doce por ciento y el banco central ha anunciado la adquisición de 20 mil millones de dólares, una cifra que es insuficiente y que deberá multiplicarse por dos o tres veces.

Este fenómeno se vive en todo el mundo. El lunes Tailandia anunció su relajo en las salidas de capital para aliviar la presión alcista sobre su moneda, el baht. Los exportadores están ahora autorizados a mantener hasta 50.000 dólares en el extranjero. Hasta la semana pasada el límite era de 20.000 dólares. Por otra parte, se incrementaron también los límites para las inversiones en el exterior y a los bancos se les permitió un mayor ahorro en moneda extranjera.

La reciente intervención del banco central japonés, que colocó 20.000 millones de yuanes para romper la racha de apreciación del yen, ha puesto en dificultades al gobierno de Obama, pues debilita sus acusaciones contra China. Los chinos no se rinden ante el manejo gradual del yuan pues saben que una revaluación más violenta tendrá un impacto significativo en su comercio. Y también para el resto del mundo, pues encarecería todos los productos chinos convirtiendo la medida en un boomerang, como ya lo hemos señalado. Todo esto es porque el sistema financiero se ha convertido en un caos tras el huracán sistemico que ha sacudido las bases de un modelo económico basado en la deuda, sin tomar en cuenta La maldición del dinero fiduciario.

En El Blog Salmón | Devaluación del yen nos acerca a la Gran Depresión de los años 30
Imagen | PhotoStream

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