En este momento de dificultades económicas, hemos visto saltar el pánico entre los líderes políticos y entre muchos comentaristas, algunos de los cuales, incluso en estas páginas, ahora parece que están expandiendo la crisis financiera al resto de la vida:
Todo el sistema está en crisis: el económico, el político, el social, el cultural, el sistema humano global. Todo el mundo desconfía de todo el mundo.
No tengo muy claro qué crisis especial estamos viviendo en el político, el social, el cultural, y en el sistema humano global. Muchas veces me parece que estamos más en palabradurías de distracción masiva, de inflación de léxico, que de otra cosa.
No obstante la realidad, estas palabras infladas y exageradas tienen consecuencias, ya que los políticos responden y cuando un sector grita que necesita ayudas, responden con urgencia, sin mucho análisis e ignorando las consecuencias que seguro vendrán, con el argumento de que mejor antes salir de la crisis actual y después ver como salimos de las consecuencias. Afortunadamente, no todos los políticos responden tan a la ligera con nuestros recursos escasos.
Como los políticos no saben, o no quieren reconocer, cómo llegamos a este punto, están respondiendo a la ligera a cualquier noticia de dificultades y sueltan ayudas que nos cuestan a todos cada día más.
El problema adicional de este proceso de respuestas rápidas y sin análisis es que, no solo las ofrecen con prisas, pero también sin saber qué condiciones deben estar exigiendo, con el resultado de que las ayudas se toman sin necesariamente el gobierno conseguir lo que inicialmente decían que bucaban.
Por eso vemos que, la misma semana que el banco estadounidense, Citigroup, recibe ayudas multimillonarias, en vez de expandir sus préstamos y sus ayudas a sus clientes, anda por el mundo haciendo adquisiciones. O vemos a empresas que amenazan con el peligro de echar a sus trabajadores a la calle, tomar ayudas y hacen exactamente eso. O vemos a los bancos centrales bajando sus niveles de intereses al mismo tiempo que las empresas y los consumidores, si conseguimos que los bancos nos hagan caso, seguimos con el mismo o con más alto coste de dinero.
Además, vemos a gobiernos tomando riesgos empresariales con sus ayudas pero recibiendo muy pocos de los beneficios de tomar estos riesgos, si las cosas salen bien. Es decir, si fracasan las ayudas, pierden todos, incluso el gobierno, y si las cosas van bien, solo ganan los accionistas y los prestamistas de las empresas ayudadas.
Como ya he hablado en estas páginas, es normal que empresas de distintos sectores se pongan en la cola para recibir ayudas, detrás del sector financiero. Como no, si los políticos están respondiendo inconscientemente a los gritos de desesperación de los empresarios, por que no gritar en desesperación. A ver si cuela….y está colando muy bien.
Aunque he sido muy crítico hacia las ayudas indiscriminadas al sector financiero del mundo, en algunos casos, este sector necesita respaldo por razones peculiares que conlleva.
Estas son que, en este sector, incluso un banco en buenas condiciones puede sufrir un problema si la falta de confianza en el banco e, incluso, en el sector en general, puede causar que el banco caiga. En este contexto, se acepta que bancos solventes que sufren una crisis de desconfianza ajena a su situación pueden recibir ayudas, limitadas y bien dirigidas.
Empresas en otros sectores raras veces reciben esta clase de impacto ajeno a su situación. Cuando estas reciben golpes suelen ser por su situación directa y, en este contexto, no deben ser ayudadas a mantenerse como están.
Ya he hablado en estas páginas de los únicos objetivos que merecen la pena en las ayudas al sector financiero y cualquier ayuda a este sector debería ir dirigida exclusivamente a conseguir estos objetivos. ¡Ninguna otra ayuda debería contemplarse, ni para el sector financiero ni para ningún otro sector!
Vía | BBC Mundo
En El Blog Salmón | Una líder europea con responsabilidad y memoria, El siguiente sector en la cola pidiendo ayudas, La culpa es de las bancos centrales y Las medidas necesarias para no repetir la crisis financiera