Durante los años duros de la reconversión industrial de los 80 recuerdo perfectamente aquellas chabolas. En los extrarradios de las grandes ciudades, en los lugares más inhóspitos, crecían como setas las huertas y sus chabolas anexas. Era sorprendente el elevadísimo número de ellas que había. Sus poseedores solían ser prejubilados y parados, muchos de ellos procedentes de la España rural, y a los que se les había roto, así de repente, el sueño del desarrollismo. Algunos por ocupar su tiempo y evitar pensar, otros por echar una mano a la economía familiar, volvían a aquellas tareas que aprendieron de niños, eso si, en un marco muy distinto.
Pensé que aquello había desparecido y que hoy por hoy, únicamente nos quedaban casos como el de la Cañada Real, mas vinculados a la puros asentamientos ilegales y el urbanismo salvaje de medio pelo, que a este tipo de ocio semiurbano o de agricultura de subsistencia. Sin embargo, me equivocaba.
Y es que el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona acaba de editar un libro llamado La Ciudad Jubilada. Se trata de una obra, básicamente visual, acerca de los huertos que rodean la ciudad de Barcelona y que son atendidos por jubilados. Por supuesto fuera de toda legalidad. En su web, podemos descargarnos el libro en formato pdf y escuchar el audio de las entrevistas a estos neominifundistas.
Sinceramente, no comparto la visión positiva que se desprende de la obra. Una visión que se olvida de que se trata de una apropiación indebida, pura y dura, De bienes públicos y privados. Por no hablar de las graves situaciones de peligro que generan al situarse en zonas inundables, junto a vías de tren o carreteras. Y que decir de los problemas de salud publica de una agricultura sin control sanitario alguno.
Lo comentado es objetivamente así. Si a eso le unimos que, en materia estética, me parece horroroso y que, a medio plazo, suele generar problemas cuando se quieren desarrollar urbanísticamente esas zonas (he conocido alcaldes chantajeados políticamente por el agrocolectivo), esta claro que no puedo desear otra cosa más que desaparezcan. Si tanto interés lúdico o social tienen , que se exploten de un modo ordenado, a traves de la Administración o de Empresas Privadas, poniendo a disposición de los interesados su parcela correspondiente.
Vía | Mafia Inmobiliaria