Netflix y HBO, a financiar la televisión pública: una mala idea aunque justa

Netflix y HBO, a financiar la televisión pública: una mala idea aunque justa
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El Gobierno ultima un cambio de normativa para que las plataformas 100% online, como Netflix, HBO, Filmin y un largo etcétera, sufragen el presupuesto de la Radiotelevisión Española (RTVE). La ley actual hace que tanto los operadores privados de televisión como los operadores de telecomunicaciones paguen parte de sus ingresos para contribuir al mantenimiento del cine, la cultura y la televisión pública.

Para valorar la medida me tengo que remontar a 2009. En dicho año el Gobierno decidió cambiar el modelo de financiación de RTVE: por un lado le impidió seguir poninedo anuncios, por otro estableció una tasa a los operadores privados (tanto de televisión como de telecomunicaciones) para pagar la televisión pública. Ya entonces la idea me pareció mala y por tanto seguir aplicando el mismo criterio me lo sigue pareciendo.

¿Por qué financiar así la televisión pública?

La idea orginal es que al perder los ingresos de la publicidad, RTVE necesitaba dinero para financiarse. Para hacerlo había varios modelos: uno sería el típico, tirar de los Presupuestos; otros, crear una tasa específica a los hogares que tengan televisión, como hacen Alemania, Reino Unido o Suecia; y una tercera es que los operadores que algo tienen que ver con la televisión lo paguen.

Al final hubo un mix entre Presupuestos y tasa a operadores, y es el modelo que tenemos. Y tiene cierta gracia, pues el único motivo por el que se retiró la publicidad de RTVE fue que, en un contexto de crisis extrema, con el pastel de la publicidad muy reducido, quedara más para repartir en los operadores privados.

Es decir, se hizo un rescate encubierto a los operadores de televisión privados, dejándoles todo el mercado de la publicidad audiovisual, y a cambio se les quitaban unas migajas para seguir financiando RTVE.

El contexto ha cambiado mucho y quizá se deberían explorar otros modelos, pero actualmente es el que hay. Eso sí, en 10 años la oferta audiovisual ha aumentado mucho.

Al menos la medida tiene justicia

Por tanto, y aunque la medida original me parece mal, ahora mismo es injusto que únicamente financien la televisión pública los operadores tradicionales y no los nuevos, como Netflix, HBO, Sky o Amazon Prime, por poner algunos ejemplos.

Es por tanto justo que, mientras exista esta tasa, se aplique también a los operadores "over the top" que solo funcionan por Internet, ya que son parte de la oferta aduiovisual que consumen los españoles y no es de recibo que unos paguen y otros (simplemente por el método de distribución y que son nuevos) no. No acabo de entender muy bien por qué YouTube no entra en esta categoría porque es el equivalente digital a las cadenas de televisión en abierto (con ingentes ingresos, además).

¿Por qué no cerramos las televisiones públicas?

Pero el debate de fondo debe ser el mismo que planteé hace diez años: ¿para qué necesitamos una televisión pública? Su función ha dejado de ser necesaria y los costes son muy altos.

En su día, cuando se creó en los años 50, crear una televisión era económicamente inviable. Solo un Estado podía hacerlo. Crear la infraestructura era caro, y sin infraestructura la gente no compraría televisores, era el pez que se mordía la cola. Alguien tenía que hacer una apuesta inicial y fue el Estado el que la hizo (aquí y en muchos países a pesar de que en España había todavía más incentivos: afianzar un Estado totalitario con propaganda).

A día de hoy la oferta televisiva es muy amplia, tanto la gratuita como la de pago. Por tanto no sé muy bien qué sigue haciendo la televisión pública. La función del Estado debería ser prestar un servicio fundamental donde nadie más está dispuesto a hacerlo. Pero no es el caso.

Sería partidario de hacer una televisión muy pequeña, muy cultural, estilo de La 2, para ofrecer productos culturales no rentables y proporcionar opciones de ocio a la población donde no hay posible rentabilidad (aunque cada día esto es más viable con Internet). Pero desde luego eso no es así, RTVE es un mastodonte que ofrece lo mismo que las televisiones privadas a un precio mucho más caro. No tiene sentido su continuidad. Tampoco las televisiones autonómicas y muchas muncipales (aquí si ofrecen algo diferencial, muy minoritario pero diferencial y barato).

Por tanto, para mi este cambio de normativa tendría que ir encaminado a hacer desaparecer RTVE tal y como la conocemos. Y si no es así, ya que ni los políticos están dispuestos a perder un arma propagandística tan importante, ni muchos ciudadanos están de acuerdo conmigo, al menos esta medida tiene cierta justicia.

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