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No es país para semiconductores: finalmente España no contará con fábrica de chips

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Sergio Delgado

En los últimos años, la industria tecnológica europea había depositado grandes expectativas en el desarrollo de un ecosistema fuerte de microelectrónica, capaz de competir a nivel global. Y en eso ha quedado: en el pasado.

España aspiraba a situarse en ese mapa con la construcción de una gran planta de fabricación de semiconductores, gracias a la inversión prometida por la estadounidense Broadcom.

Sin embargo, la noticia que ya se venía insinuando desde hace meses se ha confirmado: España no contará con fábrica de chips de la multinacional, un golpe para los planes de reindustrialización del país.

El ambicioso proyecto fue presentado en 2023 como un hito para la economía española y un símbolo del atractivo del programa Perte 'Chip'.

La construcción de esta planta no solo habría supuesto una inyección económica millonaria, sino que también habría situado a España en el tablero estratégico de la industria global de los semiconductores.

Pero las negociaciones entre el Gobierno y Broadcom se han roto, enterrando las expectativas y dejando en evidencia las dificultades para atraer y retener inversiones de esta magnitud.

Un anuncio cargado de ilusión que no llegó a materializarse

El 6 de julio de 2023, el presidente del grupo de Soluciones de Semiconductores de Broadcom, Charlie Kawwas, se reunía en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tras el encuentro, la compañía anunció su intención de invertir en el ecosistema de microelectrónica español bajo el paraguas del Perte 'Chip' y la Ley europea de Chips.

Este anuncio fue recibido con entusiasmo en el Ejecutivo, que lo presentó como un paso decisivo para convertir al país en un referente en la fabricación de chips, especialmente en el segmento conocido como back-end, en el que Europa tiene menos presencia.

El proyecto contemplaba una inversión cercana a los 1.000 millones de dólares, unos 850 millones de euros, y se describió como estratégico para fortalecer la cadena de valor de los semiconductores en el país.

La planta se anunciaba como única en Europa por sus características y su puesta en marcha habría supuesto un importante impulso para el empleo, la innovación tecnológica y la independencia industrial europea en este sector crítico.

El largo silencio y las señales del fracaso

En los meses siguientes, sin embargo, las señales positivas se fueron apagando. Aunque desde el Gobierno se insistía a principios de 2024 en que las negociaciones seguían su curso, lo cierto es que no hubo avances palpables.

Algunas informaciones situaban la planta en Zaragoza, pero nada se confirmó oficialmente. Fuentes del propio Ejecutivo admiten ahora que las conversaciones con Broadcom llevaban meses rotas, pese a que públicamente se seguía defendiendo la viabilidad del proyecto.

En septiembre de 2024, se produjo un relevo clave en el Ministerio para la Transformación Digital. La salida de José Luis Escrivá, que había estado involucrado directamente en las negociaciones, y la llegada de Óscar López supusieron un cambio de enfoque.

Según las mismas fuentes, López no llegó a sentarse con los representantes de Broadcom, en un contexto en el que las negociaciones ya estaban estancadas desde antes de su nombramiento.

Factores externos que complicaron aún más las negociaciones

A las dificultades internas se sumaron factores externos que terminaron por enterrar definitivamente el proyecto. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2025 marcó un cambio en las relaciones transatlánticas.

La nueva administración norteamericana ha adoptado una postura más dura hacia Europa en materia comercial y tecnológica, lo que ha generado incertidumbre para las inversiones de empresas estadounidenses en territorio europeo.

No solo la planta de Broadcom en España quedó bloqueada. También fracasó otra operación que el Gobierno español negociaba con otra compañía estadounidense para crear una ‘joint venture’ dedicada a la producción de chips, en la que estaba previsto invertir 400 millones de euros.

Según fuentes conocedoras de la situación, la hostilidad del nuevo contexto político norteamericano ha condicionado la capacidad de estas compañías para comprometer inversiones de este calibre en Europa, dejando a España sin ambas oportunidades.

La reacción oficial y el futuro del Perte 'Chip'

Ni Broadcom ni el Ministerio para la Transformación Digital han realizado aún declaraciones públicas sobre el desenlace de este proyecto. Desde el Ejecutivo, no obstante, reconocen algunos medios que la retirada de la compañía estadounidense supone un contratiempo para los planes del Perte 'Chip', el programa estrella para reforzar la industria nacional de semiconductores.

Este instrumento, dotado con más de 12.000 millones de euros, sigue en marcha y busca atraer nuevas inversiones, aunque ahora afronta un entorno más complicado.

El fiasco de la planta de Broadcom también pone de relieve las dificultades estructurales para captar proyectos industriales de alto valor añadido para España. La competitividad frente a otros países europeos, la lentitud administrativa y la falta de estabilidad política son factores que restan atractivo a nuestro país en un sector tan estratégico como el de los semiconductores.

Imágenes | Pixabay, Instagram

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